¿Y dónde estaba la Tía Juana?


Lo bueno… Lo malo…

*Las Tiendas del Bienestar

*Los baches de la ciudad

Por Mariano Quintal Yam

Excelente que nuestro buen amigo y editor de Mis-Noticias, Rafael Mis Cobá haya decidido desempolvar el T’alkú de la Tía Juana, que por el tiempo que ha transcurrido sin ver la luz pública, pos, que no pues, ya tendrá su buena morralla. El t’alkú, en maya, suele decírsele al guardadito, la lana, que todos deberíamos tener para una ocasión desesperada, como éste de la mencionada Tía, que ahora ya tendrá para pagarle al tío Chupi, para que le rellenen el agujero y pueda poner en éste su sabroso, apetitoso pib.

Malo es hacer conclusiones erróneas, porque lo anterior no lo dice la columneja, antes hay que leer el Talkú de la Tía Juana.

Es de justicia hacer mención que, a la citada y festiva columna, don Roldán Peniche Barrera (+) le ha dedicado elogiosos comentarios, por su vena humorística, tanto a Rafael Mis Cobá, como a nuestro dilecto amigo Faulo Manuel Sánchez Novelo, desde los ya lejanos ayeres de Novedades de Yucatán. A Faulo le reconoce Roldán su Tía Tencha y los sinónimos utilizados por Faulo: Ignacio Camacho, Diario del Sureste, y Tuuskeep Kasperchack, Por Esto!

El reconocimiento lo escribe Roldán, para mis dos amigos, en el Tomo III de la Enciclopedia Yucatanense, Actualización. Pag. 369, en la Sección dedicada al Humorismo.

La columneja invita a mis dos lectores a disfrutar del renacimiento, creo, de El T’alkú de la Tía Juana. No sería mala idea que hiciera lo mismo, leer la columna citada, nuestra dilecta alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, para que sepa lo divertidos que resultan los baches. El que publica La Tía parece la gigantesca huella del que se fue bien cargado, no importa que sea morralla, parece que por eso hundió el pavimento, dinero es dinero, siempre vale. (No sea que le gusten los agujeros de Mérida), como el de la Tía Juana, y los deje así hasta el final de su mandato. ¡Uay!

La primera mujer que a través de la historia de México se erige en Presidenta de nuestra República ha recibido ya numerosas críticas por seguirle los pasos al ex presidente, que debe de estar pateando la pared en su rancho, meciendo su hamaca. ¿Usted lo cree?

Creo que es bueno reconocerle a doña Claudia que está intentando hacer algo positivo por los que menos tienen, y recién anunció la apertura de tiendas, que el imaginario popular asegura que han puesto a temblar a las grandes cadenas, que además de ofrecerle a sus usuarios productos caros, para obtener ganancias, más allá de lo normal, todavía esquilman más a sus clientes hasta el punto de no dar los cambios completos, arguyendo que no tienen menudo y presta pa’la orquesta. ¡Aahh, pero eso sí sus cajeros y cajeras, le preguntan a la presunta víctima si desea donar sus centavos, si dicen que no, pos de cualquier forma no dan el cambio completo!

Saludable será que doña Claudia pueda llevar a cabo estos buenos propósitos, pero no hay que dejarla que olvide que, para que su buena voluntad de atender a los más necesitados funcione, tiene que rodearse de colaboradores honestos que estén dispuestos a que refulja en sus frentes la palabra honestidad, cosa muy difícil de hacer ahora, cuando la política se ha vuelto sinónimo de nuevos ricos.

Tendría que recordar doña Claudia a la mítica figura de Diógenes el cínico o Diógenes el perro, como él mismo se llamaba, que, extremadamente pobre, vivía en un tonel ¿de ahí habrá sacado la idea de su vivienda aquel Chavo del Ocho?

Lo cierto es que Diógenes recorría las calles con una lámpara encendida, diciendo que buscaba hombres honestos; eso es lo que necesita México, porque no podemos dejar que las buenas iniciativas se pierdan a causa de los malosos.

Esto lo dice la columneja, a propósito del anuncio del gobierno federal, de crear las Tiendas del Bienestar, para ofrecer productos de la canasta básica a precios accesibles a familias de escasos recursos. Incluso, como en ya lejanos ayeres, 1961 cuando Adolfo López Mateos creó la Compañía Nacional de Subsistencias Populares, para regular los productos de la canasta básica, al mismo tiempo que pretendía garantizar los precios de esos productos. En 1999 se decretó la extinción de la CONASUPO, que ya había enriquecido a muchos funcionarios, alguno de la estirpe Salinas. Después de muchos cambios de nombre y empresas, en 1995 se cambió a Liconsa, S.A de C.V., que ahora distribuye leche fortificada, pero según su misma propaganda, apenas industrializa el 7% de la producción láctea del país.

Esto beneficia, a miniproductores lácteos del país, pero también proveen de la leche otras naciones.

La columneja desea la mejor de las suertes a esta nueva iniciativa de la Presidenta de México, pero también le suplica a ese pueblo bueno, y a mis dos lectores, que estén pendientes para denunciar malos manejos en las administraciones públicas, federal, estatal y municipal.

También actúa honestamente la o las personas que no dejan que las o los deshonestos sigan haciendo de las suyas.

No nos vendría mal la lamparita de Diógenes, pero ella sola no hace los milagros que se esperan de esta nueva administración federal…

Veremos.