“El comentario” de Jorge Rojas
Las risas, las sanas burlas y los gritos de: “tanto, con subidillas y bajadillas”, se escuchaba a lo largo y ancho de la pedregosa calle, cualquiera que hoy nos imaginemos. No habían rencores, ni envidias, mucho menos clase social, ni credo religioso. Los chamacos éramos felices y la mayoría de los adultos, casi casi familia a causa de la buena vecindad. “30 palos con subidillas y bajadillas!”. El juego de la tinbomba es su máxima expresión. Todos contentos, todos parejos y valientes para jugar algo peligroso que en el mejor de los casos, te podía dejar un “chuchuluco” en la cara. Pero otros también eran “extremos”: el “trébol”, “tamalitos a la olla”, “caza venado” y mi preferido “bota jinete”. Tantos juegos que nos hicieron fuertes, astutos, inteligentes, analíticos, amigos, “hermanos”.
Hoy, todos esos y más juegos tradicionales, se han prácticamente extinguido. Ahora, lo “máximo” son “las cajitas idiotas” conocidas como teléfono “inteligentes”. La niñez, la juventud, la gente adulta y hasta los mal llamados de la “tercera edad”, se pasan (no todos aclaro) horas al frente del pequeño aparato, haciéndose menos útiles a la sociedad, a ellos mismos, a la vida. Hoy, vivimos peor que en una jungla; es más, los animales “inferiores” ya no nos tienen miedo, les causamos pánico y por eso varios se ponen más a la defensiva; vencer o morir? asumen el riesgo.
Que tontos somos, dejamos lo mejor por una supuesta modernidad que divide, que lastima, que envilece y que mata. Hoy cavamos más de prisa nuestra tumba, el Covid-19 será un caramelo al lado de lo que vendrá en no mucho tiempo si continuamos haciendo mal las cosas; retando a la naturaleza, retando al Creador.
“30 con subidillas y bajadillas!”
Se extraña, pero no es muy tarde para volver! No le parece?
Jorge A. Rojas Gamboa. Mérida, Yuc., septiembre-23-2020 Gracias por reenviar a sus contactos esta columna.
Nota al calce: Le hago hoy esta pregunta: Usted prefiere una ciudad “inteligente” o una ciudad de inteligentes. Gracias por responderse a usted mismo. Yo: la prefiero de inteligentes!