El enjuiciamiento del General Salvador Cienfuegos


Lo bueno… Lo malo

Bueno es, aunque extraño, que Estados Unidos haya dejado el enjuiciamiento del ex jefe del Ejército Nacional, Gral. Salvador Cienfuegos Zepeda para ser juzgado por supuestos delitos cometidos en alianza con el narcotráfico, durante el tiempo de su gestión en la presidencia de Enrique Peña Nieto. Asimismo magnífico es que el país acusador haya entregado el expediente de 701 páginas, en donde se consignan las lindezas cometidas por el estrellado generalísimo, lo digo por las estrellas que porta y que deberían estar inmaculadas, brillantes, no salpicadas con el cieno…

Malo es que ahora Estados Unidos grite al mundo entero su “profunda decepción”, como nos informó Mis-Noticias, porque las autoridades judiciales mexicanas le están sacando lustre a las botas del general, que diga a esas mancilladas estrellas y ahora juren y perjuren que es más inocente que un recién nacido. El asunto Cienfuegos ha resultado para México un detonador para levantar cien mil fuegos en sus relaciones con el país del norte, debido a que la exoneración del general, con minúsculas mientras no se pruebe lo contrario, ha deteriorado las relaciones entre ambos países.

Lo peor en este asunto es que si México cree, demuestra que Cienfuegos Zepeda es inocente de lo que Estados Unidos lo acusa, pues no debe de quedar como en otros ¿cientos, miles? de casos en los que un inocente es condenado indebidamente. Esta columna lo señaló en su tiempo cuando indicamos que primero había que esperar lo que dicen los juzgadores en torno a este asunto, por aquello de la presunción de inocencia, que dice que nadie es culpable, mientras no se demuestre. ¿Reclamará el general a Estados Unidos y a todos aquellos que lo señalaron como culpable cuando su alma está más blanca que sus guantes de ceremonial? ¿Se cumplirá la amenaza del país vecino de seguirle el proceso, juicio, acusación a Cienfuegos si México no lo hace?  Al tiempo… y a Baiden.

Bueno es saber que la esperanza de la vacuna haya llegado a México y muy especialmente a Yucatán en donde se ha trabajado con ahínco para aplicar el inmunizante contra el chiwo gusano, hasta llegar al punto del 95% de las que hasta el momento han arribado a nuestro estado

Malo, además de doloroso es reconocer que nuestro terruño tiene que lamentar 3,893 muertes en Yucatán cuando ya se han registrado 27,938 contagios, con 24,045 pacientes recuperados, según cifras de  la Secretaría de Salud, hasta el 16 de enero. Peor es que ante la llegada de la esperanza contra el Covid-19 no se haga un reconocimiento al personal médico, a quienes perdieron la vida en cumplimiento de su deber y a trabajadores de la salud que han resistido, como se dice, al “pie del cañón” para arrancar de las garras de la muerte a más de 24 mil personas… Pésimo es que quienes reciban la vacuna, cuando se inicie la aplicación a la población en general se crean supermanes o superniñas, inmunes al chiwo gusano y relajen las medidas de seguridad, porque quienes todavía no hayan sido inmunizados, están en alto riesgo de contagio y consecuentemente de perder la vida y si relajamos las medidas de higiene, los inmunizados pueden transportar el virus fatal entre sus compañeros de trabajo, en las calles en general y lo que es peor, entre sus seres amados…

¡Uay me voy corriendo, o volando al vecino país del norte! No importa si me ataca el chiwo gusano, al fin y al cabo retorno por acá con el expediente médico que me hayan levantado por allá, al fin y al cabo que nuestras autoridades me exonerarán de ese contagio… Je je je y tantán…