Vicente Fernández y Carmen Salinas, vivirán siempre en la memoria del pueblo


Lo bueno… Lo malo…

Fue bueno que al abrigo de las mañanitas a la Morenita del Tepeyac se despidiera de la vida el ídolo de la canción ranchera, don Vicente Fernández Gómez debido a una falla multiorgánica que hizo colapsar sus pulmones, riñones y sus sistemas cardiológico y hematológico.

Se le rindió homenaje en la Arena VFG, (Vicente Fernández Gómez), que está dentro del rancho Los Tres Potrillos

Una de las mejores voces para la canción mexicana, Vicente, o el Chente, como se le decía popularmente tiene toda una historia, como artista, que le valió el reconocimiento de tirios y troyanos, más allá de nuestras fronteras, hasta el presidente de Estados Unidos Joe Biden le dio el último adiós a la estrella mexicana y desde luego no podía ser menos el preciso de México, quien le envió sus condolencias a la familia y al pueblo de México: “Transmito mi pésame a familiares, amigos y millones de admiradores de Vicente Fernández, símbolo de la canción ranchera de nuestro tiempo, conocido y reconocido en México y en el extranjero”.

A sus 81 años de edad, Vicente estuvo hospitalizado en Guadalajara desde agosto pasado, luego de sufrir una caída en su domicilio en la que se lesionó las vértebras cervicales. Sometido a cirugía por ese problema, ya no salió con vida del hospital.

Como artista el Chente grabó más de 300 canciones y se dice que vendió 65 millones de discos en todo el mundo. Su arte le mereció tres premios Grammy y ocho Latin Gramy y 14 premios Lo nuestro. El Chente se retiró en 2016, con su último concierto al que le titularon un Azteca en el Azteca, aunque en esa ocasión dijo que no se retiraba de la música.

Filmó un total de 34 películas, de corte popular. En 2012 actuó en la telenovela Amor Bravío e interpretó los temas musicales de cuatro telenovelas más

Hay que recordar que en 1998 quedó en el Paseo de la Fama de Hollywood la estrella dedicada al charro de Huentitán del Alto, Jalisco, que llevó su arte por casi todo el mundo, incluso en los Juegos Panamericanos de 2011, en Jalisco interpretando el Himno Nacional y otras.

El Chente también estuvo muy cercano con el entonces poderoso PRI, con la participación en la campaña Solidaridad, cuando el mandamás era Carlos Salinas de Gortari y luego con Peña Nieto.

Vicente contrajo nupcias en 1963 con María del Refugio Abarca y a toda la familia, cantera de artistas, incluida la tercera generación, les enviamos nuestras condolencias.

Malo es que nadie puede vivir eternamente, y hay que rendirle tributo a la naturaleza, para no olvidar que “polvo eres y en polvo de convertirás.

Y pésimo es que también le demos el último adiós otro gran personaje, a doña Carmen Salinas Lozano, a quien artísticamente nunca se le va a dejar de recordar por su papel de La Corcholata. Y a quienes han seguido su carrera no olvidaremos esas fabulosas imitaciones que hacía con prodigiosa voz que le permitió imitar a cien famosas.

Las imitaciones, las dejó de hacer, luego de que su hijo, Pedro Plascencia Salinas, quien era su arreglista también, falleciera de cáncer pulmonar, un dolor que con mucha bravura pudo soportar doña Carmen. Ya estará con su hijo Pedro y su amigo de siempre “El Chato Cejudo”, Juan Pascual Cejudo Mujica.

En estas líneas hay que reconocer la trayectoria de doña Carmen, con quien alguna vez compartimos el pan y la sal en su domicilio de la Ciudad de México.

Doña Carmen, quien fue diputada federal dio el último adiós el 9 de diciembre a los 82 años de edad, después de sufrir una hemorragia cerebral el 11 de noviembre pasado.

Fue una mujer que se ganó a pulso su ascenso en el medio artístico, iniciando como se dice desde abajo, cantando casi por nada, y luego para la cima. Además de su gran corazón para ayudar a otras personas, especialmente a aquellas que por algún error estuvieran privadas de su libertad. Su casa siempre fue refugio para quien lo necesitara. En la Ayuda para los artistas solo mencionaré a uno de ellos, el gran Payasito de la Tele, al que conocemos como Cepillín, Ricardo González Gutiérrez, quien estuvo viviendo un tiempo en casa de La “Corcholata”.

Una gran mujer, con un corazón de oro, se fue para siempre, no así su recuerdo, ya que ella seguirá viviendo en el corazón de su hija María Eugenia, a quien desde estas modestas líneas le mandamos un fuerte abrazo con nuestras condolencias.

Y mientras haya un corazón que recibiera el apoyo y el cariño de Carmen Salinas, ella seguirá alumbrando esos corazones…