Merezcamos el calificativo de ser humano


Vía y cruces de los derechos humanos

Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

Y por si todo lo que hemos comentado no fuera suficiente, este último Artículo, el 30, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos advierte que nada en su contenido le da derecho a nadie, comenzando con los estados, naciones, países o como quiera usted llamarle para atentar, ni en lo más mínimo contra los derechos humanos que ampara.

Es necesario apuntalar que todos los derechos humanos son importantes, ninguno está por encima de otro, aunque es preciso advertir que son básicos el derecho a la vida y a la libertad, porque sin vida, lógicamente, nada existe y sin libertad, podríamos compararnos al ave de bello canto, que encerrada en brevísima jaula no sabemos si sus trinos, que calificamos de hermosos, no son en realidad un llanto, en añoranza a su libertad y a su derecho divino de desplegar sus alas para surcar libre los cielos que le fueron dados para dominarlos, para disfrutarlos y si es posible, para amarlos.

Es preciso recordar que, en torno a los derechos humanos, se han escrito leyes y más leyes, para tratar que la humanidad viva en paz y si es posible feliz, sin que nadie pueda vulnerar los derechos de alguien y ya no digamos, afectar la dignidad de las personas.

La frase tan hermosa que nos dejó un Filósofo Divino, si usted no quiere hablar de religión, nos resume en apenas 6 palabras el camino cierto para que transitemos por esta vida respetándonos unos a otros y esas 6 palabras colocadas con exactitud en una frase nos dicen: Amaos los unos a los otros.

Amar, es tenerle amor a alguien o a algo, sin embargo, esa palabra también implica deseo, lo cual no es negativo si se basa en el amor sincero, limpio, pero para aplicarnos a la frase tendríamos que conocer la tercera acepción de amor que nos dice que es el sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo que puede darle fuerza a la primera acepción de amor:  Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. No olvidemos que afecto en su primer significado es: Inclinado a alguien o algo, desde luego sin maca de las pasiones que pueden afear ese afecto. O como diría el poeta, todo es según el color del cristal con el que se mira.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos pretende que los seres pensantes nos despojemos de pasiones y vivamos con afecto, con respeto hacia las demás personas, para reconocer que son entes dignos, sin que ninguno de nuestros actos pueda herir en su dignidad a persona alguna.

El cúmulo de leyes, nacionales, locales e internacionales que rigen, norman, tutelan o como usted quiera decirles, podemos compendiarlas en los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero si queremos ir más allá, podemos resumir esos 30 artículos en la humanidad de una persona de bien, de una persona digna,  amorosa con quienes pasan por los senderos de su existencia, con la firmeza de quien sabe que esa vía la hace resplandecer un ser humano que mantiene su heredad libre de cruces y espinas, porque es un ente de valía, merecedor de ser llamado, precisamente eso: SER HUMANO…