La obstinación en la maldad


Lo bueno… Lo malo…

Malo, malísimo el que lo peor de los sentimientos de los seres humanos, se reconcentre en otro ser humano, para dañarlo, torturarlo, quitarle la vida de la peor manera posible.

Esto lo comento por la barbarie cometida en contra de dos mujeres que fueron quemadas vivas. ¿Solo dos? Sí, mis apreciables dos lectores, así fue, alguna persona o personas no se tentaron el corazón – ¿Tendrán corazón? -, para matar de esa manera a mujeres, como la madre que alguna vez los albergó en el seno de su vientre. ¿Será que nunca la tuvieron?

Recientemente Luz Raquel Padilla, quien fuera quemada viva por un vecino que estaba enojado por el ruido que hacía el hijo autista de la malograda madre, en un parque de Zapopan, Jalisco.

Quizá el hijo que queda desprotegido no se dará mucha cuenta de lo que le depara el porvenir, sin su madre que es la que le proporcionaba los cuidados necesarios.

En Morelos se dio el caso de otra mujer, Margarita Ceceña, a quien a inicios de julio le prendieron fuego dentro de su comercio en Morelos. Ni qué decir que los dolores de las quemaduras son inenarrables, imagínense, a quien tuvo que soportar esos intensos dolores de las quemaduras, durante casi un mes. Ya descansa en paz. Y por de pronto este caso se magnifica, porque según se ha dicho fue un familiar de la mujer quemada en vida, quien perpetró la innombrable, aunque hay qué decirlo, barbaridad.

Se ha atribuido a la Secretaría de Salud la recopilación de la espantosa cifra, de enero a junio de este año, la espantosa, sí espantosa, sin ser exageración, de 47 mujeres quemadas de manera intencional en el país, En 29 de esos lamentables hechos se atribuyó a la violencia familiar y en los 18 restantes se dice que no hay parentesco con el o los agresores.

Otro lamentable caso que revela la barbarie que estamos padeciendo en el país, es el de una niña de 11 años de edad, quien a causa de ansiedad severa y ataques epilépticos la internaron en el albergue, ¡válgame Dios, qué albergue! Casa de vida Camino a la Fortaleza, en Tonalá, Jalisco. La madre dijo que su hija fue llevada a ese albergue el 30 de junio, pero las lesiones las recibió el 22 de este mes, cuando fue rociada con alcohol y quemada, además de recibir una descarga con una pistola de las llamadas Taeser. Hasta el momento se dice que personal de ese albergue fue quien perpetró esta otra barbarie

Y conste que por ahí han de quedar muchos casos fuera del conocimiento de las autoridades, porque la agredida no denuncia los hechos. Malo, malísimo, o triste, tristísimo. O proterviano, de protervia, que es la perversidad, o la obstinación en la maldad.

En comentario anterior señalé lo bueno y lo malo por la falta de respeto a las leyes, que ocasionan conflictos, acaso innecesarios. Y lo positivo que puede ser el que un rey, todopoderoso, se someta al arbitrio de las leyes que él mismo propuso.

Esto lo digo, porque también en comentario anterior mencioné el problema que enfrentaban vecinos de La Plancha, quienes temían ser desalojados, incluso con el ejército, con la pérdida de su patrimonio, casas, por las obras que se proyectan en ese rumbo.

Pero hete aquí, que como debe de hacerse, se recurrió al diálogo y cuando angustiados preguntaban, ¿quién podrá ayudarme?, que salta el Chapulín colorado, no es cierto, no es cierto.

Resulta que quienes viven por esos lares y se sentían amenazados, recibieron, según dijeron, a enviados del Gobierno del Estado y otros organismos, quienes les dieron una propuesta de reubicación para sus viviendas, como parte del megaparque que se dice se construirá en ese sitio.

Los vecinos que serán reubicados tienen sus casas en la calle 43-A y según les informaron sus nuevas viviendas se construirán en la calle 46 entre 49 y 51. Así que estarán por los mismos rumbos donde ha transcurrido su existencia, además de que según afirman, les garantizarán la seguridad jurídica de la tenencia de sus casitas.

Ojalá, los representantes del gobierno que se comprometieron a que las cosas se solucionen sin daño para nadie, cumplan con lo ofrecido. Vivir en un estado de derecho, implica respetar no las libertades de las personas, sino las leyes que garantizan las prerrogativas fundamentales de nuestra sociedad. ¡Uac bomba y uac bomba!

Y lo que tengo que hacer es ir a curarme el chuchuluco que tengo en la cabeza, porque la Gordis me tiró la plancha, no de donde se construirá el megaparque, sino que porque se enojó mucho porque no le llevé la cena para dormir a gustín. Lo bueno es que no estaba caliente, la plancha, nada de malos pensamientos ¿eeehhh? Uay, mejor me voy a un hospital… ¿O denuncio violencia familiar?…