Entre dioses y especuladores


Lo bueno… Lo malo…

Muy bueno que Mis-Noticias nos dé a conocer el ritual maya de agradecimiento de los integrantes de este pueblo originario para mostrar su reconocimiento a los espíritus del monte por todo lo que éstos les dan para tener sustento para sus familias así como la protección de los dioses del aire, Ik; fuego, K’ak; tierra, Luúm; sol, Yum Kín; lluvia, Yum Chaac y por supuesto al señor de los montes, Yum Káax.

Estos dioses protectores no piden vidas, ni oro, joyas o cosas de valor, solo exigen el respeto de quienes disfrutan de todo lo que el universo ha puesto al servicio de sus hijos para que vivan en paz y prosperidad, entre esas humildes ofrendas, está la del ofrecimiento del Zacá, la bebida sagrada de los mayas hecha con maíz molido con todo y cáscara.

A través de esa ceremonia se refrenda la tradicional bonhomía de los mayas, su espíritu solidario amante de la paz y de las buenas costumbres, como la piedra filosofal para que entre los seres humanos haya armonía, paz y prosperidad…

Pero malo, malísimo y requetepeor y hasta proterviano, la protervia es la obstinación en la maldad, la perversidad en grado extremo porque también se nos ilustra acerca de lo que sufren integrantes de este pueblo originario, los mayas, por el despojo y la invasión de tierras, que ya es cosa común en nuestro amado Yucatán, ayuno de autoridades que puedan ponerle freno al despojo de las tierras como está sucediendo en Las Trincheras en Ixil, cuyos pobladores están demandando a las autoridades, federales y estatales la restitución de la sabana y Las Trincheras como territorio comunal.

Piensa mal y acertarás, dicen por ahí, y se nos antoja que esas tierras, invaluables para el corazón maya tienen valor económico para otras personas, por su cercanía al mar, su valor histórico y un proyecto ecoturístico que llenaría los bolsillos de aquellos especuladores de tierras, que han sido denunciados una y otra vez, por apropiarse de terrenos que pertenecen no solo a núcleos ejidales sino incluso de la Federación, nos dicen. ¿Y aquella Fiscalía Anticorrupción?

Pero está requetemal que un candidato a la alcaldía de Mérida, que incluso fue el mero mero y no hablo de ese riquísimo pescado, sino el titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, SEDATU, no dé explicaciones, o cuando menos asesoría, como conocedor del pastel, que no diletante, ¿o sí? para ayudar a los pobladores ixileños no solo a recuperar sus territorios tan codiciados por los tiburones agrarios, sino a llevar adelante sus proyectos, no los del político en campaña electoral, para beneficio de la comunidad maya.

Bueno es que las tan anheladas vacunas contra el chiwo gusano para tratar de inmunizar contra este mal a la población adulta mayor, 60 años o más, luego de atender a otros municipios de Yucatán, llegue a nuestra ciudad capital y este martes 6 de abril se inicie la vacunación en 16 puntos de nuestra querida Mérida. Al menos así lo anunciaron las autoridades sanitarias.

Pero lo malo y requetepeor es que quienes reciban la anhelada vacuna descuiden las medidas de protección sanitaria y salgan de aquí para allá, saltando como trompo chúcuru olvidando que el chiwo gusano sigue y seguirá vigente para infectar y llevarse al más allá a quien o quienes logre contagiar. Los que resulten inmunes debido a la vacuna seguirán siendo portadores del chiwo gusano y por tanto pueden contagiar a quienes todavía no reciben la vacuna. ¡Es hora de seguir cuidándonos unos a otros y no ser imprudentes para aumentar los contagios!

Y mal está que no me vaya corriendo al rumbo de Ixil para ver si encuentro las dos botellas de xtabentún que no aparecen, están o asoman en la foto del altar, aunque en las manos de uno de los fieles se ve una. Pero en la otra foto sí vemos las tres jícaras con zacá, una con agua, las velas y los cigarrillos, pero nanay del xtabentún. Si encuentro las botellas por ahí, pero no vacías, espero que los aluxes protectores me apadrinen con la cruda que sin duda el hallazgo me dejaría…