Eligio Jesús Ancona Castillo, Benemérito del Estado


Lo bueno… Lo malo…

Por Mariano Quintal Yam

Muy bueno que la Unión de Periodistas Independientes “Eligio Ancona” haya recordado, que no celebrado, el Día de la Libertad de Expresión, el pasado día 7, ante el monumento del prócer yucateco, Benemérito del Estado, Eligio Jesús Ancona Castillo, quien además de abogado, novelista, historiador, dramaturgo, político fue sobre todo periodista. En esta faceta recibió “apapachos”, desde la cumbre del poder, que le valieron prisión y “exilio” en la isla de Cozumel.

¿Hay alguna diferencia con los tiempos actuales de represión hacia las y los periodistas?

En 1867 siendo diputado fue nombrado vicegobernador y sustituyó a Manuel Cepeda Peraza en el gobierno de nuestro Estado. En 1868 retorna al Congreso de la Unión. En 1872 regresa a Yucatán como secretario general de gobierno llegando a gobernador y comandante militar, en 1874. Como Magistrado del Tribunal de Circuito, fue nombrado en 1891 ministro de la Suprema Corte de Justicia, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1893.

En 1860 fundó el periódico político “La Sombra de Morelos”. Su lucha contra la tiranía y la actuación de Ignacio Comonfort, y el imperio de Maximiliano de Habsburgo, desde el periódico La Píldora.  Fue colaborador en otros periódicos. A su retorno, al ser restaurada la República regresó a Yucatán como secretario de gobierno y fundó el periódico “La Razón del Pueblo”, hasta su deceso.

La figura del periodista, en Eligio Ancona brilló al instaurarse el gobierno de Benito Juárez, obra que al parecer se va diluyendo en la noche de los tiempos, es decir se va olvidando, pero que los periodistas independientes no dejan pasar inadvertida, como ejemplo de la lucha que los trabajadores de los medios de comunicación deben de tener presente: Decir siempre la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad, “manque le pese a los despóticos tiranuelos que navegan con bandera de servidores públicos, pero reprimen o tratan de coartar la libertad de expresión”.

Justo es reconocer que en algunos casos se han obtenido satisfacciones, como una disculpa pública a un periodista agraviado, merced al seguimiento, respeto que de las leyes en la materia se hace. Y en otros persisten los tres changuitos tradicionales: No veo, no oigo, no hablo y claro, como no se trata de campañas políticas…

Lo malo de esa efeméride es que quienes participaron en el acto mencionado, ante el busto del prócer, que se encuentra en Reforma, con Avenida Cupules, recordaron que en Yucatán también es un riesgo el ejercicio del periodismo, no solo por el abuso, el acoso que han sufrido algunos compañeros, periodistas o fotógrafos de medios de comunicación, sino que varios de esos casos permanecen en la insondable oscuridad de la falta de ejercicio adecuado en el servicio público.

Podríamos traducirlo en casos sin resolver y continuidad de las agresiones en contra de los profesionales de la comunicación. ¡Válgame!

En la mencionada ceremonia recibieron el galardón, La Pluma de Oro, por una vida al servicio de la libertad de expresión, Faulo Sánchez Novelo, Gínder Peraza Kuman, David Heredia Montañez, Rodrigo Menéndez Cámara, Emmanuel Azcorra Cantón y Víctor Tenreiro Ojeda.

Se entregó un reconocimiento post mortem a Gerardo Durán Carrasco.

Finalizó el acto con un minuto de aplausos para quienes están escribiendo las crónicas celestiales, en espera de nuestra llegada.

Uay, lo malo es que me tengo que ir corriendo porque la Gordis me dijo que ella necesita oro y no le importan las plumas, que cuidado con las chelas, no cervezas, sino las “Güeras”, que, porque tiene que comer, que tengo que comprarle ropa y que si esto y que si lo otro. Ni modo, a chambear doble… porque si no me mandará a escribir crónicas celestiales…