El respeto por las prerrogativas fundamentales


Vía y cruces de los derechos humanos

Desde los albores de la humanidad ha sido un deseo vehemente el respeto a la gente, a sus propiedades, a su persona, su dignidad, en pocas palabras, a su condición de seres humanos.

De siempre han existido personas que únicamente quieren aprovecharse de los demás, de su fuerza de trabajo, de sus propiedades, ser quienes impongan su voluntad, dominando incluso a pueblos enteros…

Así fueron naciendo gradualmente los tiranos, déspotas y abusadores contra quienes están las leyes en las que se plasman las reglas con las cuales ha de desarrollarse la convivencia racional entre los seres humanos, entre los pueblos que para imponer su voluntad ora buscan el dominio sobre tal nación y sus riquezas, su territorio y para lograr esos deleznables objetivos inventaron las armas, la esclavitud, la guerra…

A raíz de los horrores en grado sumo que se dieron en la Segunda Guerra Mundial las naciones deciden unirse para evitar que vuelvan a cometerse esas atrocidades se crea la Organización de las Naciones Unidas que reunida en París el 10 de diciembre de 1948 crea la Declaración Universal de los Derechos que es el modelo de lo que la humanidad debe de vivir para llegar al estado perfecto, o la utopía que soñó Tomás Moro.

En México, país lacerado profundamente por sus luchas intestinas, por la guerra de independencia y posteriormente por la Revolución Social Mexicana, se dan barruntos o esfuerzos loables para lograr que la ciudadanía tenga garantizado el pleno respeto a su persona, a su dignidad.

A pasos agigantados han salido leyes avanzadas para el momento y poco a poco se han ido perfeccionando y por mencionar uno, nació en 1847, en San Luis Potosí, prohijado por el diputado Ponciano Arriaga, la Procuraduría de los Pobres, que en ese entonces dijo, entre otras cosas: …con el tiempo economizar los padecimientos de nuestro pobre pueblo, sino también grandes mejoras en su situación Social, en sus costumbres, en sus necesidades físicas y morales.

Con el paso inexorable del tiempo el 13 de febrero de 1989, en la Secretaría de Gobernación se crea la Dirección General de Derechos Humanos que devendría el 6 de junio de 1990 en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, como organismo desconcentrado de la mencionada Secretaría alcanzando su autonomía el 13 de septiembre de 1999.

En Yucatán se corre la misma suerte que a nivel nacional. Nace en 1992 la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, CODHEY, como parte de la Secretaría de Gobierno y es el 28 de enero de 1993, mediante Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, el Congreso del Estado le da el rango de organismo público autónomo.

Tanto la CNDH como la CODHEY deben de velar, acorde a la legislación que les da sustento, por la defensa de las prerrogativas fundamentales de la ciudadanía, lo que en buen romance significa la defensa, respeto y promoción de los derechos humanos.

El ámbito de acción de estos organismos autónomos es la defensa de quienes puedan sufrir algún abuso por parte de las y los funcionarios públicos. En el caso de los federales, tiene injerencia la CNDH y por los estatales y municipales, la CODHEY.

Se ha avanzado mucho, aunque no lo suficiente, en la defensa de las prerrogativas humanas, lo que se requiere ahora es que las y los ciudadanos que sientan vulnerados sus derechos acudan a estos organismos para evitar el abuso del poder, federal, estatal o municipal en contra de la sociedad.

Si te sientes agraviado en tus prerrogativas fundamentales, acude a cualquiera de estos organismos para defenderte y dejar muy atrás los abusos de la autoridad en contra de sus representados.

No hacerlo significa dejar en la vacuidad las tantas y tantas vidas que se han perdido en la búsqueda de justicia y respeto para la humanidad

Vía y cruces de los derechos humanos.