“Dónde te agarró?”


Nuestra Columna



En prácticamente todo el territorio mexicano las lluvias han causado estragos en las últimas semanas, causando no solamente grandes pérdidas materiales sino también humanas. En el Estado de México entre otros lamentables casos, una jovencita fue arrastrada por la fuerte corriente de agua y apareció sin vida en el río “Tula”, perteneciente al estado de Hidalgo, a más de 70 kilómetros del sitio donde inició la tragedia.
Muy pocos días después en Tula, Hgo., las torrenciales lluvias y la falta de una adecuada infraestructura en un hospital Covid (IMSS) del citado municipio, no menos de 15 pacientes mueren al fallar el suministro eléctrico, sumando más y más tragedias en México (Yucatán también es México).
Casualmente el pasado martes 7 del presente a eso de las 8:30 de la noche, me encontraba acostado reflexionando sobre lo ocurrido en Tula, cuando de repente percibí unas leves sacudidas en la espalda, mismas que venían del piso; pero como no escuché alarma alguna, no le presté mucha atención hasta que la fuerza del movimiento se intensificó y salté de la cama y salir de la recámara justo en el momento en que una fuerza invisible me tambaleó de lado a lado e hizo que me sentara brevemente en un sofá de la sala, para luego con el edificio siendo movido de izquierda a derecha en una impresionante danza de peligro, ponerme el abrigo y salir del inmueble bajando por las escaleras casi como con un ataque de vértigo, en tanto las líneas de energía eléctrica chocaban entre sí y “fuegos artificiales” aumentaban el peligro para quienes con orden y relativa calma, desalojabamos los hogares. En determinado momento la luz eléctrica se suspendió y el espectáculo era más siniestro por la total oscuridad que por fortuna no demoró tanto.
Varios fueron los minutos que tardó el temblor de 7.1 grados con epicentro en el estado de Guerrero y que también cobró su cuota de vida humana.
Antes del terremoto, llovió a mucho en la Cdmx y no para pocos, el presagio del movimiento telúrico cruzó por sus mentes, tal como fue el caso del columnista, aunque no pensó jamás que se diera en un plazo de tan pocas horas.
Primera vez que vivo la experiencia de un terremoto tan fuerte y agradezco al Creador estar vivo y sano para compartirlo. Es algo muy parecido a las turbulencias aéreas, algo que me ha tocado en varias ocasiones.
No cabe duda que con todo y sus riesgos y/o sin sabores, la Vida es Bella! No le parece?
Jorge Alberto Rojas Gamboa..
Cdmx septiembre-09-2021
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Hasta la próxima DM!