El comentario
Lo acontecido ayer en horas de la tarde en Cd. Obregón, Sonora, debería movernos a todos los mexicanos (los yucatecos también lo somos), a la reflexión cuando menos.
Asesinar a un candidato íntegro como lo fue el abogado Abel Murrieta Gutiérrez, no solamente es un agravio para Sonora, sino para México entero.
Se piensa que las declaraciones del mal logrado aspirante contra el crimen organizado en el municipio de Cajeme, fueron la causa de su ejecución; pero este columnista piensa y sostiene que las 10 balas (al menos) que lo privaron cobardemente de su existencia terrenal, tuvo que ver con su trabajo como abogado de la familia Le Barón, quienes fueron víctimas del asesinato de varios de sus integrantes, en (mujeres y niños) a principios de noviembre del 2019, cuando casualmente el responsable de la Seguridad Pública Nacional era Alfonso Durazo Montaño, hoy candidato a gobernador por ese norteño estado.
Al igual que sobre el asesinato de ayer, el de la familia Le Barón y otras muchas decenas de miles de asesinatos dolosos, nuestras principales autoridades nacionales quienes son las directamente responsables de Combatir a la Delincuencia Organizada, solamente se manifiestan de manera hipócrita ya sea mediante el Circo Mañanero y/o por alguna plataforma digital.
Pocos fueron los días entre las declaraciones del candidato Murrieta y su ejecución; algo que le vino como anillo al dedo a quienes realmente estaban incómodos con su existencia.
Narcos? por supuesto que no! No le parece?
Jorge Alberto Rojas Gamboa.
Mérida, Yuc., mayo-14-2021
Gracias por reenviar a sus contactos nuestra columna de hoy.
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Notas al calce:
Un fuerte abrazo para la gente buena de mi muy apreciado estado de Sonora. Espero pronto volver a visitarlos.
Muchas felicitaciones a quienes hoy cumplen años.
Hasta la próxima!