¡Viva México! no solo cada 15 de septiembre, sino todos los días de nuestra existencia


Lo bueno… Lo malo…

Lo malo es el malhadado embate del chiwogusano que ha trastrocado todas las cosas de la humanidad, la cual ya está en vías de salir delante de este enorme bache que representó o que todavía representa la pandemia.

Lo bueno es que el chiwogusano no ha podido detener el avance, la presencia de la humanidad en lo que considera que le ha servido para crecer como seres humanos dignos. Esto lo digo por el recientemente “grito” de Dolores que diera el cura Miguel Hidalgo y Costilla, para llamar al pueblo a la rebelión, para que los hijos de México, criollos o pueblos originarios, usted elija el ángulo que quiera, tuvo éxito y hoy tenemos, quiérase o no un país libre en el concierto de las naciones. Y el asunto ese de que el chiwogusano no ha podido quebrantar la voluntad de las y los mexicanos es porque las autoridades dieron un “grito” muy en privado, como el año anterior, sin las miles y miles de personas coreando el ¡viva México! y loor a nuestros héroes y heroínas nacionales.

Lo malo es que la población ya está perdiendo los estribos, al igual que las autoridades que creo, ya les urge que las “hormiguitas” salgan a buscar comidita, porque las arcas se están vaciando a ritmo acelerado y eso está mal, pero requetemal. Yucatán, hace ya más de un mes que está teniendo contagios cercanos a 300 todos los días y promedian 15 muertos día con día. Pero mira que ya se levanta la restricción vehicular y con eso de la vacunación ya se piensa que la gente podrá salir de sus hogares a diestra y siniestra, por aquello de eliminarles el estrés que ha hecho crecer terriblemente la violencia en el seno de las familias que no soportan la encerrona, pues sus hogares se han convertido en cárceles. Así piensan.

Y requetepeor es que no se den cuenta de que están vivos y sus seres amados todavía están con ellos. Sin lugar a dudas que son tiempos difíciles, pero hay que dar gracias por un día más de vida, esa existencia que acaso pronto nos lleve a la solución de la maldición que ha representado el chiwogusano.

Bueno sería que la humanidad recuerde que sobrevivió, entre otros, a ese engendro del mal, Hitler, que causó millones y millones de vidas perdidas, por ejercer su capricho de la dominación mundial y a punto estuvo de acabar con todo un pueblo, el judío, en una historia ampliamente conocida.

Lo peor es que todavía hay regiones del mundo donde siguen las crudelísimas guerras y las muertes por hambre, y la discriminación contra las mujeres y contra pueblos que no piensan igual que el verdugo que impone su ley a base de muerte y desesperación…

Hoy es bueno que recordemos que somos los sobrevivientes, quienes hemos de luchar contra todo eso en la medida de nuestras posibilidades y tenemos que hacerles honores a todas las personas que cayeron víctimas del chiwogusano, siendo mejores cada día que vivimos, cada día en el que podemos darle con las puertas en las narices, si es que las tiene a esa terrible epidemia, que como tantas otras que han afectado a la humanidad se llevaron a nuestros seres amados, amigos entre ellos y que el mejor homenaje que podemos hacerles es el de seguir vivos, cuidándonos, observando las normas sanitarias, porque en la medida en la que nos cuidemos estaremos cuidando a los demás y por ende a todas las personas que amamos..

Y no olvidemos que tenemos que seguir con vida para disfrutar de  las cosas buenas que ésta nos ofrece, seguir adelante, para, entre otras jornadas exitosas de nuestra existencia podamos dar el “grito” de  ¡Viva México! no solo cada 15 de septiembre, sino todos los días de nuestra existencia, porque esta es la tierra que nos vio nacer y por la que si hubiese necesidad daríamos nuestra vida al grito de “Mexicanos, al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón…”

Uay y tremendo grito voy a dar yo, mejor me voy corriendo porque no quiero escuchar los alaridos de mi editor cuando vea que hoy solo toqué dos temas. ¡Requeteuay!