“Son hijos de Dios”


La Agencia Católica de Informaciones destacó la declaración papal: “El Papa alienta unión civil para parejas homosexuales, un cambio de postura del Vaticano”. El papa Francisco dijo (ACI Prensa, 21 octubre2020):

– “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia. Son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente”

En 1904, el Código Civil yucateco disponía que el matrimonio “es la sociedad legítima de un solo hombre y una sola mujer, que se unen con vínculo indisoluble para perpetuar su especie, y ayudarse a llevar el peso de la vida”.

Hoy, el Código Familiar del estado considera al matrimonio como “una institución por medio de la cual se establece la unión voluntaria y jurídica de un hombre y una mujer, con igualdad de derechos, deberes y obligaciones, con la posibilidad de generar la reproducción humana de manera libre, responsable e informada”.

El dato histórico registra que “la tradición del matrimonio civil surge en 1580 en la legislación holandesa; es impulsada en 1784 por la revolución francesa y consagrada definitivamente por la legislación de este país en 1871. En los códigos civiles de México de 1870 y 1884 se consideró a esta institución como una sociedad legal de un solo hombre con una sola mujer, que se unen con vínculo indisoluble para perpetuar su especie y ayudarse a llevar el peso de la vida, pudiendo celebrarse sólo ante los funcionarios establecidos por la ley”.

El estado mantiene actualizada la disposición prevista hace más de un siglo, en el sentido de que solo un hombre y solo una mujer pueden contraer matrimonio, con la finalidad de “perpetuar la especie” o de “generar la reproducción humana”.

La expresión papal aviva el debate sobre el denominado “matrimonio igualitario”, no obstante que el papa Francisco no se refirió expresamente al matrimonio, sino a una “ley de convivencia civil”. Aun así, el dicho cimbró a muchas conciencias conservadoras.

En la norma jurídica vigente se entiende que la finalidad del matrimonio es “generar la reproducción humana”. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha emitido diversas jurisprudencias que contravienen lo dispuesto en el código familiar yucateco, por ejemplo:

a). “Matrimonio. La ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que la finalidad de aquél es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer, es inconstitucional”.

b). “Matrimonio entre personas del mismo sexo. La definición legal del matrimonio que contenga la procreación como finalidad de éste, vulnera los principios de igualdad y no discriminación”.

Los diputados yucatecos no han leído ni entendido el criterio del máximo intérprete de la Constitución, la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El Congreso ha rechazado el “matrimonio igualitario”, en fechas recientes.

Las parejas de un mismo género tienen que recurrir al juicio de amparo para lograr sus propósitos de unir legalmente sus vidas. Así fue el primer caso registrado en 2013, según reportes periodísticos. “Luego de que el Juzgado Tercero de Distrito otorgara un amparo a Ricardo Góngora y Javier Carrillo, se dieron el “Sí” ayer por la noche como matrimonio para constituirse en la primera pareja gay en Yucatán”.

En 2016, se pretendió reformar el artículo 4 de la Constitución federal: “Toda persona mayor de dieciocho años tiene derecho a contraer matrimonio y no podrá ser discriminada por origen étnico o nacional, género, discapacidades, condición social, condiciones de salud, religión, preferencias sexuales, o cualquiera otra que atente contra la dignidad humana”.

Al final, la iniciativa no prosperó, con el argumento de que el asunto era de la competencia de las legislaturas de los estados de la República. El dictamen legislativo correspondiente precisó: “Legislar en materia civil corresponde a cada entidad federativa”.

Hoy, la LXII Legislatura del Congreso del estado tiene el asunto en su agenda de pendientes. La diputada del PRI, Karla Franco Blanco, declaró recientemente que en el actual periodo de sesiones “se abordarían las iniciativas relativas al matrimonio igualitario”. Precisó que hay dos iniciativas: una del Poder Judicial y otra de Movimiento Ciudadano.

Otra información reciente es la del amparo interpuesto por el denominado “Colectivo para la Protección de Todas las Familias en Yucatán” y “Artículo 19”, atraído por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que ésta “determine si la votación secreta de una reforma constitucional que involucra derechos humanos vulnera los derechos de libertad de expresión, acceso a la información y participación política de la población LGBTI+ en el estado de Yucatán”.

En la última votación legislativa del caso, 15 diputados se opusieron a aprobar el “matrimonio igualitario”. Ese día, la revista Proceso señaló que “mientras transcurría la jornada, los opositores a la iniciativa, de rodillas, rezaban rosarios para que los diputados no la aprobaran”. La información decía: “Los rezos surten efecto en el Congreso de Yucatán: rechaza la legalización del matrimonio igualitario”.

Hasta hoy, la sociedad yucateca ha preferido mantener invariable el derrotero histórico que marcó, desde hace ciento dieciséis años, el Código Civil de 1904.

Yucatán ha excluido en este rubro a los homosexuales, “hijos de Dios”, los llamó el papa Francisco.

“A veces tres”. En la columna de Catón, en el diario Reforma (27 febrero 2012):

– “El matrimonio es una carga tan pesada que se necesitan dos para llevarla. Y a veces tres”.