¿Qué negoció Ramírez Marín con el gobierno federal?


*El secreto de la negociación entre Ramírez Marín y AMLO lo sabremos próximamente

*El “gordito Maríndeja muy nerviosos a los aspirantes del patio

Por Rafael Mis Cobá


¿Qué negoció el senador Jorge Carlos Ramírez Marín con su voto a favor para que las fuerzas armadas siguieran en tareas de seguridad hasta el 2028?

Sus detractores han levantado la voz para señalar que el legislador priista apoyó la iniciativa de reforma constitucional no en forma gratuita, sino para lograr beneficios personales en tres posibles temas:
1.- La eliminación de expedientes en su contra por presuntas irregularidades cometidas cuando estuvo como secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
2.-Voto a cambio de cuantiosas sumas de dinero.
3.-Para que sea el candidato de MORENA a la gubernatura de Yucatán.

Pero, realmente ¿cómo se puede hacer y romper el famoso “no se mueve ni una coma” de las iniciativas de MORENA, o más bien del Presidente Andrés Manuel López Obrador?

Las críticas hacia Ramírez Marín pueden resultar justas desde ese punto de vista, es evidente que tuvo que haber pasado algo, por no decir de que algo se tuvo que haber negociado.

Pero es muy distinto negociar que conceder, por eso sin duda, carece de toda lógica los que dicen: “Le pusieron en frente un expediente de la Sedatu y lo doblaron”. Hay que puntualizar que Ramírez Marín salió hace 8 años de esa dependencia federal y ningún expediente pudiera tener algún valor legal después de casi una década, pero además, si existieran esas anomalías, hace mucho tiempo que el gobierno federal pudo haberlas aprovechado en otras votaciones importantes o en otros temas de trascendencia, así que resulta evidente que el asunto no va por ese camino.

¿Entonces, fue una negociación económica?

Veamos. Si hubiese una negociación económica para qué entonces hacerle tantos cambios al documento aprobado en el Senado la semana pasada. La negociación económica significa: “Yo te pago para que votes, así es que votas lo que yo pago”. Resulta claro, entonces, que el tema tampoco va por allá.

Pero en una mente compleja como la de AMLO y la de su equipo, y en otra mente también compleja como la del legislador yucateco, el asunto tiene muchas más aristas, muchas más vueltas, así que, sin duda alguna tuvo que haber alguna negociación política, ¿de qué alcance?, en las semanas por venir seguramente se sabrá.

Si las gubernaturas fueran como figuritas para llenar planillas en las que tu me das y yo te doy, entonces diríamos que evidentemente Ramírez Marín negoció la gubernatura de Yucatán, pero tampoco vemos que el rubicundo legislador esté ansioso por pasarse a MORENA, al menos en estos momentos.

Hay que hacer notar que una negociación política entraña muchas clases de compromisos y eso lo veremos seguro en los próximos días o meses, pero lo que es cierto es que nadie puede estar sentado en la mesa del presidente de la República o en la de su empleado principal, el secretario de Gobernación, y haber logrado la modificación al documento, cambios que el propio Ramírez Marín se atribuye como de su autoría sin haber pedido nada a cambio.

Entonces, ¿qué fue lo que pidió Jorge Carlos Ramírez a cambio de su voto? Lo que resulta innegable es que seguramente este asunto tiene nerviosos a muchos aspirantes a la gubernatura del propio patio, pero que no quede duda, de que hubo una negociación política, la hubo y con la cúpula del poder, pero tenemos que esperar los resultados en los próximos meses, porque el secreto está ahí, hoy muy bien guardado, pero tarde o temprano terminaremos viendo en que consistió.

No hay que dejar pasar desapercibido que el legislador yucateco estuvo sentado donde no estuvieron sentados otros, ni siquiera su coordinador, Osorio Chong. El “gordito Marín” habló con gente con la que no hablaron los demás, ni siquiera sus compañeros del patio, entonces, es iluso pensar que la conversación fue solamente del dictamen que estaban construyendo, este tipo de discusiones, de negociaciones, son de política, y la política abarca todo, no solamente el dictamen que estaban construyendo, así que vendrán grandes sorpresas próximamente. (Mérida, 15 de octubre de 2022)