Lo bueno… Lo malo…
Qué chévere, que a pesar del chiwogusano, ya estamos disfrutando de los Juegos de la XXXII Olimpiada, Tokio 2020, los juegos olímpicos de verano en los que participan 204 países, México entre ellos, con 11,261 deportistas, hombres y mujeres que compiten en 33 deportes. La justa se desarrolla desde el pasado viernes 23 y concluirá el próximo 8 de agosto, en el Estadio Olímpico de Tokio.
El chiwogusano impidió que los juegos se desarrollaran, como se había planeado, del 24 de julio al 9 de agosto del año pasado, pero ante el problema representado mundialmente por la pandemia se pospuso para este año, conservando el nombre de Tokio 2020.
Maare, lo malo ahora es que los historiadores cuando reseñen estos juegos pensarán “hay un error, esos juegos no se hicieron en 2020, sino en 2021” y pa que les cuento, claro que eso sucederá cuando pasen quizá siglos y esperemos que para entonces haya desaparecido de la faz de la tierra el chiwogusano.
Está requeté bueno y conste que no es guerra civil, eso que dicen por ahí, de que para fabricar las medallas que se darán a las y los deportistas triunfadores se recurrió al reciclaje, porque oro, plata y bronce necesarios se obtuvieron de la basura, es decir, casi 80 toneladas entre los que se estiman millones de celulares desechados, para obtener unas 5 mil medallas olímpicas y paralímpicas.
Esos japoneses sí que nos chi… vearon porque le están demostrando al mundo lo que todos sabemos pero nadie hace: De la basura podemos sacar cosas útiles, pero además se contribuye con la protección al medio y demuestran que los seres humanos podemos ser amigables con nuestro entorno para dejar de contaminar el ambiente, arrojando miles de miles de toneladas al espacio y haciendo que organismos como el chiwogusano evolucionen y dañen a la humanidad, como ya se ha visto, eso si dejamos de lado, lo que todavía no se demuestra, de que el chiwogusano de marras fue producido en un laboratorio, lo cual ya se está investigando, pero ya démosle tiempo al tiempo.
Juesu, esos japoneses si ya ni la chiflan, miren que también las camas para los atletas las hicieron con materiales reciclables y que no aguanten mucho peso, para que si a las y los atletas se les antoja el cuchiplancheo, pos que se van pa tierra, con todo y todo y además de que les abollará lo que ya saben, la cabeza, no sean mal pensados, pos los guardianes de la villa olímpica se darán cuenta de lo que sucede y pal botellón. No, eso no es cierto ¿Será?
Y podemos decir que eso de las camas está bueno, pero lo que consideramos que está mal es que si están prohibiendo el cuchiplancheo en la Villa Olímpica, ton’s pa que están regalando condones a diestra y siniestra.
¡¡Aaahhh! Nos dicen que esos preservativos NO son para usarlos en Japón o en el desarrollo de las competencias, no, son para que los atletas se los lleven a sus países de origen y entonces, sí, a cuchiplanchar con el máximo de precauciones, pero para que no les vaya a tomar desprevenidos el chiwogusano y de nueva cuenta se incrementen los contagios que ya se han llevado a muchos paisanos en el mundo entero, en México y particularmente en Yucatán.
Bueno, por de pronto voy a esperar que regrese mi amigo deportista que se fue a competir a Japón, para ver si se trajo de allá una de esas camas sin cuchiplancheo, que me va a servir de doble propósito, es decir, para guardar la línea, bajar de peso y de paso poner también a dieta a mi gorda, porque dicen que esas camas “amigables” aguantan hasta 200 kilos de peso, sin romperse, acompañados de nuestro santo preferido, no el enmascarado de plata, sino a zangoloteo. ¡¡Uay!!