El comentario
A 2 días de regresar a mi querida Mérida, luego de una fructífera y agradable estancia de más de 15 días en la Ciudad de México, regresé a manera de despedida al Centro Histórico de la gran ex Tenochtitlan. Luego de bajar del metro en la estación “Juárez”, caminé sobre la calle de “Balderas” hasta llegar a la Avenida que lleva el primer apellido del llamado “Benemérito de las Américas” y justo en ese momento, marchaba rumbo al Zócalo una gran columna de hombres y mujeres de todas las edades, así como de diversas partes de nuestra hoy tan agraviada República Mexicana.
Aunque reitero por enésima vez que no comparto las acciones radicales y de gran exhibicionismo religioso de los activistas de Frena, me permití saludar a unas entusiastas damas con más de 60 primaveras, que respondieron a mi saludo con una agradable sonrisa, sin detener el disciplinado paso. Luego de esperar por varios minutos, observé que el contingente marchaba protegido en la retaguardia, por elementos seguridad vial de la policía capitalina, algo que debo de resaltar y felicitar a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Ya del lado de la “Alameda Central”, me puse a disfrutar de nuevo ese hermoso y relajante espacio que todavía conserva rastros de vandalismo, tanto en el monumento a Juárez como al de Madero. Actos vandálicos de jóvenes desorientados a los que se les denomina “anarquistas”. Alguna vez en mi juventud lo fui, pero jamás participé en actos vandálicos. Luego de cruzar por el “Palacio de Bellas Artes” y atravesar el Eje-3 “Lázaro Cárdenas”(antes “Sn Juan de Letrán”), no sin antes entrar a comprar en una famosa librería, un tomo actualizado de nuestra Carta Magna, ingresé al Sanborns de los Azulejos, para disfrutar de un buen café y un pan con una de las personas que más amo en mi vida.
No solamente la charla fue provechosa, también el poder disfrutar de nuevo la belleza arquitectónica del lugar y recordar la historia de la Revolución Mexicana que en en ese antiguo restaurante, protagonizaron los caudillos Zapata y Villa. Después de esa parada obligada, me dirigí sobre una muy concurrida calle de “Madero” (peatonal), hasta la plancha del Zócalo, con el acompañamiento de la música surgida de los ya muy viejos pero valiosos organillos, fuente de ingresos base propinas de muchas familias capitalinas.
Otro gran obsequio pero ahora a la vista, lo es sin duda alguna, la extraordinaria arquitectura de los inmuebles del Centro Histórico, mismos que parecen contarnos cientos de historias no solamente dramáticas y/o políticas, sino hasta de amor y pasión. Al arribar al corazón de la Ciudad de México, los integrantes de Frena ya se habían instalado y expresaban sus peroratas contra López Obrador. Recorrí prácticamente toda la plancha de concreto siempre rodeada con vallas metálicas y elementos de seguridad pública para salvaguardar a los manifestantes que hoy han tomado como rehén muy al estilo López Obrador, ese público espacio que no pertenece ni a la ultra izquierda, ni a la ultra derecha; es de todos los mexicanos.
Con el peculiar estilo periodístico, me acerqué a un elemento de seguridad y luego de “romper el hielo” y entrar en confianza, me dijo que grupos de provocadores financiados por el gobierno federal, se reúnen frente al campamento de Frena, para agredir verbal y físicamente, razón por la cual han reforzado la presencia policíaca, no solamente en el lugar, sino en las calles aledañas, tal y como pude constatar. En una actitud muy sincera, de manera discreta el elemento policíaco me señaló a grupos identificados con morena (gobierno federal) en espera de instrucciones para volver a arremeter contra los de Frena.
Luego de recorrer otros sitios de interés en el Centro Histórico, comer de nuevo en el Café “La Blanca”, tradición desde 1915 que se ubica en la calle “5 de mayo”, finalicé mi recorrido en una librería que expende a muy bajos precios, libros y revistas que forman parte tanto de la historia de México, como del mundo.
La Ciudad de México nos muestra casi exactamente el México de hoy: Dividido y Confuso. Pero no deja de ser algo bello todavía prometedor! No le parece? Jorge A. Rojas Gamboa. Mérida, Yucatán, a 19 de octubre 2020. Gracias por reenviar a sus contactos esta columna. Móvil:9999041216