Lo bueno… Lo malo…


Bien, pero requetebién o requetebueno que se le esté siguiendo proceso, en Estados Unidos, claro, al Gral. Secretario o ex secretario, Salvador Cienfuegos Zepeda, quien se retiró del Ejército al entregar el mando como Secretario de la Defensa Nacional al concluir el periodo de Enrique Peña Nieto como presidente del país.

Se ha dicho en medios informativos que el proceso contra esta figura, quiérase o no, distinguida de las armas mexicanas, es por los cargos de complicidad con el narcotráfico y lavado de dinero. Hay que esperar el resultado del proceso por aquello de la presunción de inocencia y del debido proceso.

Malo, muy malo que se presuma que en su paso por la enseñanza militar, entre otras escuelas castrenses, llegó a ser director del Heroico Colegio Militar, haya podido enseñar bien lo que es el mal actuar, contrario al honor de un servidor militar. En febrero de 2018 y ante las protestas y renuncias de dos recipiendarios del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Unicach, se suspendió la entrega de esa distinción al ex secretario de la Defensa Nacional, en un caso por considerar que carece de méritos académicos y científicos ¿será? y en el otro porque “recibir al jefe de la guerra interna contra el pueblo en un campus universitario representaría una afrenta a estudiantes y académicos del país”. Atió, ¿Será que ya le sabían algo?

Malo que una mujer, ya en labor de parto, seguramente por no ser derechohabiente del IMSS haya tenido que dar a luz a su bebé en una ambulancia cuando la trasladaban del IMSS de Motul al O´Horán de Mérida. Lo peor sería que sí fuese derechohabiente, pero se haya decidido su traslado “por no tener el equipo necesario”. La verdad lo dudo.

Bueno, pero muy bueno que por una llamada al 911 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, hayan llegado a tiempo, cerca de la población de Baca para ayudar a ese niño a llegar felizmente a este mundo cruel, caso similar al de una niña nonata cuya madre era trasladada de Chelem, Progreso hacia un hospital del IMSS en Mérida, pero a la altura de Flamboyanes fue necesario llamar al 911 y de nuevo dos paramédicos ayudaron en el feliz alumbramiento.

Un ejemplo de cuando se quiere servir bien a la sociedad. Vaya nuestro reconocimiento a los paramédicos Iván Aguilar Flores y Fernando Pech Soberanis, en el primer caso y a Santiago Ramírez Góngora y Rosa Escobar Ortiz en el segundo, quienes estarán orgullosos del deber cumplido.

Las campanas a rebato, porque el pasado jueves ninguna persona murió en Yucatán a causa del coronavirus-19, bueno, buenísimo.

Malo que todavía haya quienes NO acaten las disposiciones de cuidado, higiene, uso de tapabocas y la sana distancia, no para cuidarse ellos si así no lo quieren, sino para cuidar a los demás que ninguna culpa tienen de la irresponsabilidad de estos entes.

Malo también que nos olvidemos que en Yucatán, hasta el pasado viernes se han salvado de morir16 mil 676 pacientes, contra 19 mil 941 que se han contagiado, un 83% de sobrevivientes de este flagelo, gracias al cuidado de trabajadores del sector salud. Nuestro reconocimiento para ellas y ellos y la más cálida solidaridad para quienes tuvieron el infortunio de perder a sus seres amados por la acción de este terrible virus que amenaza a la humanidad.

Bueno que yo siga en la chacota, malo que persista en abusar de la paciencia de nuestros lectores.

Pero muy malo, malísimo que no me convierta en salvador y no vaya corriendo a buscar un extinguidor para apagar los cien fuegos que amenazan a nuestra sociedad. Huay.