El T’alkú de la Tía Juana
Rafael Mis Cobá
Tras más de cuatro meses sin saber el paradero de la Tía Juana, su cabezón sobrino viajó hasta Chikindzonot en su búsqueda ante la necesidad de recibir los sabios consejos de la hermosa y curvilínea hembra maya.
La pandemia del Coronavirus y las tormentas y huracanes que han desquiciado la vida de los yucatecos en los últimos meses, había ocasionado que los dos parientes se mantuvieran aislados sin ningún contacto físico y tampoco vía celular, debido a que al pobre sobrino se le ahogó su móvil cuando acudió a visitar a uno de sus compadres en el fraccionamiento Las Américas.
Y es que el travieso sobrino, cabeza de “lec”, no solo extrañaba la voz angelical de la Eva del Mayab cuando le susurraba al oído algún secreto, sino también añoraba disfrutar del embrujante aroma de “xc’anol” que brota en cada poro de la tersa piel de su amada tía.
Luego de casi dos horas de trayecto a bordo de un destartaleado colectivo, el sobrinín por fin llegó a Chikindzonot y tras descender de la unidad inmediatamente tomó un veloz trici-taxi para dirigirse a la humilde casa de su tía Juanita.
Después de buscarla por el fogón de la cocina, junto al corral del cochino y en el tinglado donde lava en su batea los calzoncillos “p’iteados” del tío Chupi, al fin encontró a la pobre mujer retirando agua de su todavía inundado patio.
–¡Juanita linda, vente a mis brazos para sentir tu calor y darte un beso en tu cachete!, gritó el cabezón sujeto al tiempo que corrió para intentar abrazar a la “t’int’inkí” mujer maya.
–¡Detente “mejenkizín”, quédate donde estás!, acuérdate que seguimos en contingencia sanitaria y debemos mantener la sana distancia.
–Es que mi alegría y emoción es tan grande, Juanita, que al tenerte cerca, mi corazón palpita en forma acelerada y si no te apapacho se me puede parar.
–Deja de decir porquerías cabeza de “lec”, masi ya comenzaste a fumar esa cosa verde que aprobó Jorge Carlos y otros senadores para uso recreativo y otras cosas.
–Nada de eso tiíta, sabes que no tengo vicios y solo estoy dedicado al deporte y a la oración.
–¿Como Renán Barrera y Raúl Paz?
–¡Le atinaste, tía!
–Que te lo crea tu Chichí.
–Tía, en el caso de Reni, solo tuvo un desliz en su pasada campaña cuando lo atoraron por la policía en el Periférico por conducir ebrio. Ya se regeneró.
–¿Y Raulito?
–Bien, tía, debe estar en altamar en su yate celebrando alguna fiestecita con sus amigos y amiguitas.
–Sobrino, ya en serio, necesito hablar con Renán.
–¿Quieres sumarte a su campaña para su reelección?
–No “mejenkizín”, quiero pedirle que me apoye con una pipa.
–No te ayudará, tía, no ves que eres fuereña.
–La pipa no es para desaguar mi solar, sobrino, es para mi comadre que vive en Las Américas. Sigue inundado su patio.
–“Uay”, tía, peor, acuérdate que Reni les dijo “má” porque según él, los quejosos eran puros chilangos y huaches.
–“Maare”, sobrino, creo que tu alcalde y el PAN ya perdieron votos de los fuereños.
–El que no ha perdido nada, tía, es el PRI en Yucatán.
–“Uay”, cómo que no, si ya renunciaron varios militantes distinguidos para irse a otros partidos.
–Solo buscan huesos, tía.
–Si no son perros, “mejenkizín”.
–Huesos políticos, tía, puestos, cargos, poder, dinero…
–Sobrino, el que no ha perdido nada es el góber.
–Como no, tía, perdió a su fiscal.
–Te refieres al culto, fino y honesto don Wilbert.
–Ese mero, tía.
–¿Oye sobrino, creo que me postularé para ser la fiscal del estado.
–¿Cómo lo fue Celia Rivas?
–Sobrino, dije que quiero ser fiscal, no camaleón ni “kápe-ich”.
–Tengo que revisar tu currículum.
–¡Cuidado con lo que dices, “mejenkizín”, respeta a tus mayores o te caigo a “uasc’opazos”.
–Tía, tu trayectoria, tu honestidad y tu buena relación con Saidén.
Convencida de poder hacer un buen papel en la Fiscalía y hacer mancuerna con el titular de la SSP, la linda mestiza prometió a su sobrino reunir los requisitos para entregárselos la semana próxima a los esforzados diputados del Congreso, con la esperanza de que la incluyan en la terna de candidatos propuestos.