¿Inicio de una gestión matriarcal?


Lo bueno… Lo malo…

Qué bueno, México va que vuela hacia el cambio del ancestral gobierno patriarcal que ha padecido, o disfrutado, según la opinión de cada quién, al inicio de una gestión matriarcal.

Desde luego que esto lo decimos ante la evidente situación de que dos mujeres, en partidos diferentes, como es evidente y ya saben mis dos lectores, se disputarán la silla presidencial y el “bastón de mando” que el preciso le entregó a doña Claudia Sheinbaum. No se sabe si para gobernar con justicia, o para aplicarles la “justicia del bastonazo” a quienes se salgan del huacal.

Malo es que no hay que olvidar que mientras se pergeñan estas líneas, don Marcelo Ebrard Casaubon, como pez fuera del agua, da sus postreras bocanadas políticas emitiendo un ronco sonido que podría interpretarse como emecé, emecé.

La Real Academia Española define el patriarcado como una organización social primitiva.

Así, en el patriarcalismo el patriarca es el hombre que ejerce la autoridad en una familia y su autoridad tiende a ser paternalista. Puede ser en una familia o en una comunidad, digo yo.

De matriarcado, proveniente de matriarca, la misma fuente nos dice que es la organización social, tradicionalmente atribuida a algunos pueblos primitivos, en que el mando corresponde a las mujeres y como segunda acepción nos dice que es el predominio o fuerte ascendiente femenino en una sociedad o grupo.

Hoy por hoy, el electorado mexicano, para niveles prácticos, ha de elegir entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, para sentar a alguna de ellas en la silla presidencial.

Y conste que digo el electorado mexicano y no la voluntad emanada del preciso.

Ya es del dominio público la inconformidad del ex canciller no solo por los resultados de la encuesta en donde se designó a Claudia Sheinbaum como la candidata de Morena para suceder a don Manuel López Obrador, quien no estuvo de acuerdo para realizar nuevas encuestas, como lo exige Ebrard, quien tiene como opciones una candidatura independiente, al parecer el tiempo le ganó, o ser arropado por Movimiento Ciudadano MC. Desde luego también le queda la vía del reclamo ante los tribunales electorales. ¿Cuál será su decisión?

Tiempo ya no le queda al excanciller, quien ha dicho que este lunes solicitaría una asamblea con Morena, Movimiento de Regeneración Nacional, cuando todavía tenía en su mente las sombras de las irregularidades en el proceso de las encuestas.

Antes de conocerse el triunfo de Claudia Sheinbaum protestó en una conferencia de prensa en la que se le vio enojado, pidiendo la reposición de las encuestas, debido a la cantidad de incidencias reportadas en el desarrollo de ese proceso. Aseguró que, en las boletas, por desgracia se encontraron evidencias de una proporción superior y que debido a eso se tardó tanto el proceso. Las incidencias que se dijo fueron encontradas en las urnas fueron de hasta un 14%. Algunas de las urnas fueron anuladas.

Otro procedimiento al estilo del viejo PRI, se dijo, fue la violencia.

Y esto lo aseguró el propio Ebrard en su cuenta de twitter:

Malú Micher fue golpeada por la policía de la Ciudad de México solo por querer pasar a acreditar a nuestra representación en el conteo –de la encuesta- ella es orgullo de nuestro movimiento. Repudiamos el uso de la fuerza en su contra, jamás pensé vivir algo así en mi propio partido.

De todo lo dicho por Marcelo Ebrard destaca que haya mencionado que “cada día se parecen más al PRI”, no se sabe si es por alusión a Manuel López Obrador, quien alguna vez fuera priísta distinguido. Ebrard ha asegurado que él “que ya no tiene lugar en Morena”.

Y por de pronto yo mejor me voy, porque me parece ver a un dinosaurio jineteado por un ganso y no vaya a ser que me toque un coletazo de esos dedicados a los observadores…

Veremos.