¿Habrá modernos Judas en nuestra política actual?


Lo bueno… Lo malo…

Bueno es que usted como yo estemos disfrutando de unas vacaciones que conocemos como de Semana Santa, un tiempo en el que se rememora una de las tragedias que cotidianamente repite y repite la humanidad. Creo que todas y todos conocemos la historia de El Salvador, la persona que aseguró vino a redimir de sus pecados a la humanidad.

Desde luego me refiero a Jesucristo.

Malo, malísimo que esa lección de historia no la hayamos entendido y sigamos reproduciendo las tristes cosas que llevaron al martirio y a la posterior muerte a un hombre que su apotegma era amaos los unos a los otros, como el símbolo de amor fraterno entre la especie humana.

Eso no le cayó bien a un pueblo que pensó que no se respetaban sus leyes, o que veían peligrar, desde adentro sus creencias religiosas, y civiles, aunque ya de por sí estaban amenazadas por la horda romana.

Y creo que el personaje de juez más venal de todos los tiempos, Poncio Pilatos, procurador, praefectus, o gobernador de Judea, condenó a la muerte a un hombre, pese a que estaba seguro de su inocencia, como él mismo dijo.

Pero este juez, o autoridad históricamente ha sido mencionado como corrupto, perpetrador de violencias, condenas continuas, es decir sin proceso previo y una crueldad sin límites, pero seguramente desde esos tiempos habría dicho: No tengo nada de qué avergonzarme.

Como ya hemos dicho era un político corrupto, ¿precursor de los de ahora? …O de los de siempre.

Los líderes judíos prefieren la liberación de un criminal, Barrabás, por encima de Jesucristo y conste que eran religiosos que proclamaban el bien… ¡hhmmm!

De acuerdo al Evangelio de San Mateo, luego de la venta de Jesús, por 30 monedas, para que fuera apresado –¿habrá modernos Judas en nuestra política actual? – Pilatos se lavó las manos – ¿cuántos magistrados actuales se lavan las manos al condenar a inocentes o para encontrar culpables como el árbol de la noche triste que se dice que es un ahuehuete? – y a voz en cuello dijo: Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis-

El mundo entero sabe el martirio al que fue sometido Cristo y a lo que hemos llegado en la conmemoración, que no celebración de la Semana Santa.

Si alguno de mis dos lectores ya peina canas, recordará que en Viernes Santo había recogimiento total, los espejos en los hogares eran cubiertos con un paño. Rojo o morado de preferencia, no se hacía nada, ni música ni distracciones, salvo el recordar el martirio y la muerte de un hombre bueno, a manos de una horda, complacida por un juez venal, que a pesar de estar convencido de la inocencia de un hombre lo condena a la más brutal de las muertes que registra la Historia.

A más de dos mil años de ese triste episodio seguimos siendo proclives a las injusticias y los abusos en contra de todo un pueblo, paradójicamente, justificando hasta lo malo, porque siempre piensan, quienes perpetran esas barbaridades que se hacen en beneficio de ese pópulo, sin importar que sea una de pópulo bárbaro, como parece estar sucediendo en nuestro país.

Muy bueno que el pasado 22 de marzo México, a través de su Presidente envió al gobierno de China una carta solicitando a Xi Jinping, presidente de la República Popular China su apoyo para controlar los envíos de fentanilo desde ese milenario país oriental.

Fue el 4 de abril que en su conferencia mañanera el Presidente diera a conocer ese hecho.

En la carta se alude al tráfico de fentanilo producido en Asia y que se vende libremente para su exportación a Estados Unidos, Canadá y México. Con datos de EU se indica que esa droga causa la muerte anual de 107 mil 573 norteamericanos. Casi se hace una apología de la droga y del combate a la misma, pero el apoyo es para el pueblo de Estados Unidos, según precisa la carta.

Como si fuera una confesión no pedida se dice en esa epístola que se incautaron 7 toneladas de la droga y se destruyeron, mil 383 laboratorios clandestinos. Pero esa carta, sin explicar, reconoce que “por nuestra frontera solo ingresa el 30 por ciento de lo que se consume en Estados Unidos.

Se califica de falaces e irresponsables a algunos legisladores norteamericanos que culpan a México del consumo de ese estupefaciente. Aquí transcribo: …han llegado a decir que si no detenemos a las bandas del narcotráfico que operan en México y que introducen esta droga, podrían presentar una iniciativa a su congreso para que las fuerzas armadas de Estados Unidos invadan nuestro territorio.

Tales planteamientos son en sí mismos una falta de respeto y una amenaza inaceptable a nuestra soberanía… México se forjó resistiendo invasiones y actos de prepotencia y sabemos enfrentarlos con valor, patriotismo y dignidad.

En la misiva se pide a Jinping que por razones humanitarias ayude a controlar los envíos de fentanilo desde China.

La respuesta de la República Popular China llegó rápidamente a través de Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores: “No existe el tráfico ilegal de fentanilo entre China y México. (…) China no ha sido notificada por México sobre la incautación de precursores del fentanilo catalogados de China”.

Y más claro no canta un gallo, cuando la funcionaria china respondió: “China apoya firmemente a México en la defensa de su independencia y autonomía. Y se opone a la injerencia extranjera y llama al país pertinente a detener las prácticas hegemónicas contra México. Al mismo tiempo, esperamos que la parte mexicana también tome medidas antinarcóticos más fuertes”, atajó.

¿Será que en estos tiempos de Semana Santa y de crisis políticas, sigamos pensando en abrazos, no balazos contra las fuerzas del mal?, este escribidor corregiría la frase: Abrazos y aplicación irrestricta de la ley, pero sin normas o jueces corruptos, -ahora sí para que no tengan nada de qué avergonzarse- como aquella historia proterviana que escribiera Poncio Pilatos en contra de Jesucristo y consecuentemente de la humanidad.