Gran ejemplo de la ministra de la Suprema Corte, Lenia Batres Guadarrama


Lo bueno… Lo malo…

Está bien que la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lenia Batres Guadarrama tenga congruencia con su ideología política y le haya solicitado oficialmente a la presidenta de ese organismo, ajustar su salario para ganar menos que el Presidente de la República, que este año devengará 129 mil pesillos, de acuerdo a lo aprobado por la Cámara de Diputados, en el paquete económico de 2024.

Así que si le reducen su salario a menos de lo que gana el Presidente, digamos 120 mil pesos, si se acepta la reducción, dejaría de percibir 86 mil 948 pesares ya que el sueldo mensual de las y los ministros es de 206 mil 948 pesillos.

Y requetebueno es que la novel ministra siga dando el ejemplo de que renuncia también a tener mejores prestaciones en salud, como clínicas privadas y se constriñe a lo que el ISSSTE le pueda dar, al igual que a todos los servidores públicos afiliados a esa institución.

Lo requetemalo, en el caso de Lenia Batres, es que únicamente se le juzgue por ser afín a lo “que diga el Presidente”, porque tiene derecho a pensar diferente y usar su criterio, para regir sus normas –aunque le digan no hay de Piña- de conducta.

Esta columneja aplaude –si de algo sirve- esas decisiones y esperemos que todos los que aporreamos teclas podamos criticarla acremente cuando se piense que sus decisiones en materia de justicia no se apliquen a los cánones que deben de marcar el actuar de los solones que tienen parte de la vida de aquellas personas que han de recurrir a ellos, y ellas, para dirimir los problemas legales que los aquejan.

Esos problemas deben solucionarse de la mejor manera posible para quienes recurren a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, precisamente en busca de justicia, llana, clara, sin asomo de la menor mancha.

Claro: “de ser posible”.

Pero resulta que la Suprema Corte, nos dicen que por escrito respondió a la ministra Lenia que si desea renunciar a sus prestaciones, debe de solicitarlo por escrito, pero en el caso de su salario, la respuesta es que éste no es una prestación, así que se le seguirá pagando lo que gana cualquier ministro y si desea renunciar a sus más de 80 mil pesillos, pues solo tiene que reintegrarlos a la Tesorería de la Federación.

En cuanto a incorporarla al ISSSTE la respuesta también fue nones, porque la Suprema Corte tiene un haber de retiro y si se le incorpora a dicha institución, al momento de retirarse tendría dos percepciones por el mismo trabajo, cosa que es contraria a lo que está establecido en la Carta Magna.

Como se recordará, en el 2019, 20 de mayo, la Suprema Corte invalidó el tope salarial, con base en que nadie puede ganar más que el Presidente, establecido en la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos.

Se indicó en ese entonces que los legisladores no han establecido el tabulador para calcular el salario del Presidente, que por la naturaleza de sus funciones tiene prestaciones en especie y por ese motivo no se puede poner el tope al salario de los demás servidores públicos.

¿Será?