El comentario
Sin mayor contratiempo, el vuelo despegó del aeropuerto de Orlando, Florida con destino a los Ángeles, California en la Unión Americana. Todo transcurría con normalidad, hasta que un pasajero presentó un problema de salud. De inmediato, el pasajero fue asistido por auxiliares de vuelo y el comandante avisado de la situación.
Siguiendo los protocolos correspondientes, el Capitán al mando declaró la emergencia y cambió el rumbo para aterrizar lo más pronto posible en el aeropuerto alterno de Nueva Orleans, Luisiana. Lamentablemente, el pasajero falleció antes de que el moderno avión de United Airlines, tocara pista.
Aunque parezca un caso aislado, los fallecimientos y/o emergencias por salud de pasajeros en vuelo, son más comunes de lo que se pueda suponer; hace no mucho tiempo, un ex presidente del Poder Judicial de Yucatán, estuvo a nada de fallecer en un vuelo de la Ciudad de México a Mérida que tuvo que aterrizar en Coatzacoalcos, Veracruz, debido a que el muy apreciado Abogado, tuvo un infarto. De igual manera, no han sido pocos los vuelos tanto nacionales como internacionales, que han bajado en Mérida, por situaciones similares. Pero en el caso del vuelo de United hace menos de una semana, el pasajero falleció de Covid-19 en avanzado estado; algo verdaderamente inadmisible y más, en los Estados Unidos de Norteamérica, país en donde se supone que las medidas sanitarias en sus aeropuertos, son iguales o mejores a las que se tienen contra el terrorismo desde el masivo ataque del 11 de septiembre del 2001.
El pasajero y su esposa al menos, sabían perfectamente bien de la presencia del Covid-19 ya en fase muy avanzada y aún así, abordó el vuelo sin importar el muy alto riesgo de contagiar a la tripulación y a los demás pasajeros que hasta donde se sabe, no fueron puestos en aislamiento. La aerolínea es la menos responsable de este hecho; pero no así, los responsables de las medidas de prevención y/o detección en el abarrotado aeropuerto de Orlando.
Tal vez resulte algo molesto para algunos viajeros, pero en los aeropuertos mexicanos, ya se siguen aunque de manera tardía, los protocolos para evitar al máximo, que un viajero infectado logre tan siquiera, ingresar a la sala de última espera para abordar vuelo. “Se podía escuchar los huesos de las costillas del sujeto, fracturarse mientras sus pulmones se hinchaban” (declaró un pasajero). Una experiencia, verdaderamente… muy perturbadora! No le parece? Jorge Alberto Rojas Gamboa. Mérida, Yuc., diciembre-21-2020. Gracias por reenviar a sus contactos nuestra columna. Móvil: 9999041216. Notas al calce: Nos comentaron ayer por un amable lector de Tekax, Yuc. que el aspirante Fernando Romero, anda con una actitud muy soberbia y no acepta ninguna posibilidad de diálogo y mucho menos, de suma de esfuerzos. De ser así, muy mal por Fernando y de no serlo, pues que bueno! Muchas felicitaciones a quienes hoy cumplen años. 🙅🏻♂🤝🏻🎂🎁🎈Hasta la próxima!