Lo bueno… Lo malo…

Bueno, pero muy bueno que el Presidente haya anunciado tal vez, si no fallan los proveedores de vacunas, que se inmunizará contra el chiwo gusano a trabajadores de la educación y adultos mayores para reiniciar clases antes de que finalice el ciclo escolar, según nos informa Mis-Noticias.

Asimismo el Gobernador del Estado, pidió que trabajadores de la educación también sean de los primeros, tras concluir con los adultos mayores, en recibir la vacuna y ofreció un trabajo coordinado para cumplir con lo que en esa importante tarea atañe al gobierno de Yucatán.
Malo es que la población, ante la llegada del anhelado conjuramiento contra el chiwo gusano, o vacuna contra el coronavirus, la población en pleno, en especial los vacunados, dejen de respetar las medidas precautorias como el uso del cubrebocas, y la necesaria higiene, porque la vacuna NO hará desaparecer al chiwo gusano y siempre estará latente el contagio por esa enfermedad, que como tantas otras llegó para quedarse. Pésimo es bajar la guardia, porque es la vida de las personas, la nuestra o la de algún ser querido la que está en riesgo.
Y requete bien que el preciso haya venido a Yucatán a comprobar los avances en el caso del tren maya, una de las obras emblemáticas de su administración.
Malo, pero muy malo, que pese a que se han concedido amparos a integrantes de los pueblos originarios en contra de esa obra, las labores siguen en otros sitios. El amparo fue concedido por el daño a esas comunidades y al ambiente y pese a lo que dice la ley, los trabajos siguen, excepto en el caso de Xpujil, en Campeche, cuyo Primer Juzgado de Distrito suspendió los trabajos del Tren Maya en esa comunidad, porque consideró que la obra pone en riesgo el derecho de esas comunidades a un ambiente sano y consecuentemente se considera una amenaza a la salud. Hasta el momento se dice que son más de 100 organizaciones ambientalistas las que se oponen a esa obra, porque consideran que habrá deforestación, degradación de suelos, además de contaminación del manto acuífero en Yucatán.
Uay, pero que requete rico y sabroso es el… no, no, eso es una canción de mambo y lo que pretendo decir es que rico y sabroso se puso el foro Mérida Pedalea, de lo que informó ampliamente Mis-Noticias, en donde dijeron la verdad por la obra que hace Renán para dotar a Mérida de más de 71 kilómetros de ciclovías, es decir arterias para que transiten bicicletas, lo que pone a Mérida como ejemplo a nivel mundial. Ni hablar, el preciso municipal se ganó, junto con el gober, los elogios por esa obra, que ni qué, que ni qué.
Malo es que en una obra de esa naturaleza, la autoridad municipal no garantice una vía expedita, como se señaló en colaboración pasada, en todos y cada uno de los más de 71 kilómetros de ciclovías y además los peatones se vean obligados a transitar por el arroyo ante la invasión de ciclovía y aceras.
Y requetepeor es que los participantes de Yucatán, Colombia y España, en el Foro, no reconozcan por completo que no solo Mérida Pedalea, sino gran parte de sus ciudadanos, que tienen que pedalearle macizo para llegar a sus centros de trabajo, pese a que hay apoyo de permisionarios y autoridades para llegar a los ya lejanos paraderos del transporte urbano. ¡Caray es cierto, Mérida pedalea!
Bueno es que el suspirante priista al Ayuntamiento de Mérida reconozca que el deporte es uno de los pilares fundamentales en las políticas públicas del país y particularmente de Yucatán.
Malo es que no haya dicho y que después de esto no me vaya, que el deporte acrídido por excelencia es como ya lo habrán adivinado, el salto de altura. Ora van los saltamontes, por un cargo más elevado, ora por un partido político que les dé la opción de seguir pegados a la ubre presupuestaria, pero el caso es saltar, saltar y mientras más alto mejor…














