Dr. Francisco Luna Kan, un gobernante que jamás renunció a sus orígenes mayas


Lo bueno… Lo malo…

Qué bueno recibir como presente en este día de la amistad el mensaje de un político con sentido social, y en este caso me refiero al Dr. Francisco Luna Kan, un gobernante que jamás renunció a sus orígenes mayas.

Mis-Noticias informa de una reunión del Dr. Luna, como se le conocía en el ámbito político y todavía se le reconoce así, con el diputado federal Mario Peraza Ramírez. Su pensamiento político, su praxis, siempre fue congruente, como nos informa Mis-Noticias: En amena plática en su casa, el doctor Luna reconoció la importancia de construir un perfil político basado en el apoyo constante de la población, sobre todo, cuando existen coincidencias con el sentir social.

Las obras y los programas realizados por la administración del Dr. Luna, quedaron ahí para la historia, como es el caso del Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado de Yucatán, ISSTEY, que a algunos gobernadores y gobernadoras les ha servido de “caja chica”.

Esa obra fue un reconocimiento al trabajo de las y los burócratas que así, si sobreviven, sus 30 años de servicio o menos, tienen un sistema de seguridad social que les asegura a las y los trabajadores del Estado una pensión para cuando la vida merme sus facultades físicas.

Y más que bueno es cederle al Legislador Federal lo que publicó Mis-Noticias: El parlamentario reconoció que Francisco Luna Kan, es ejemplo vivo de entrega al servicio público y continúa vigente impulsando el desarrollo del Estado.

“Quienes somos testigos de su devenir como gobernante, funcionario público y como ser humano, reconocemos en él un ejemplo de honestidad y congruencia política”, concluyó.

Malo dirán algunos es que recordemos un episodio de la política nacional:

En la administración del tristemente célebre Luis Echeverría Álvarez, se estableció a nivel nacional el tope salarial del 12% y mire usted que políticamente estaba prohibido, sí con esas letras, prohibido que algún sindicato rebasara ese 12 por ciento.

En Yucatán un sindicato de trabajadores del periodismo logró, contra viento y marea, con amenazas por doquier, romper ese tope salarial, escúchelo bien por un uno por ciento. Se obtuvo el 13 por ciento.

Por cierto, ningún medio de comunicación dio esa “noticia”, ni local ni nacional, al menos que se sepa. ¡Cuidado!

Luna Kan fue Gobernador del Estado de 1976 a 1982. Antes ya había sido diputado federal y senador, por la “aplanadora” priísta. Su congruencia política lo hizo renunciar a ese partido y se postuló a la alcaldía meridana por el Partido de la Revolución Democrática, no ganó la elección, pero llegó a ser diputado federal por el PRD del 1997 al 2000. Del 2008 a 2010 fue director del Centro Documental, Información y Análisis de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Lo bueno es que desde estas líneas va un reconocimiento al Dr. Francisco Luna Kan, porque la verdad es que, sin su apoyo desde el gobierno del Estado, para que nadie metiera las manos en esa lucha sindical-patronal, todo se resolvió, conforme a las leyes. Yucatán, si puede decirse, salió con decoro en el esfuerzo de la clase obrera, para obtener mejores salarios y consecuentemente mejores condiciones de trabajo, a nivel nacional.

Otro personaje al que tampoco podemos olvidar en esta breve remembranza de esos tiempos es al extinto Gonzalo Navarro Baez, que desde la humildad de los estibadores y sus sindicatos cetemistas llegó a Senador de la República, dejando un legado de lucha social, sobre todo en materia educativa, pero…

Don Francisco Luna Kan un cordial saludo desde las teclas de una computadora que le llevan mensajes al corazón cuando habla usted de la importancia de construir un perfil político basado en el apoyo constante de la población, sobre todo, -repito- cuando existen coincidencias con el sentir social.

Y mejor le paro, porque la Gordis seguramente que se va a enfurruñar, por aquello de los mensajes al corazón, sobre todo en este 14 de febrero, en el que le dicen Día de San Valentín, pero algunos como yo para celebrarlo tenemos que dar de volantines, como los que me hace dar la Gordis, para llevarle aunque sea una humilde rosa. Uay…