El Día del Maestro


Vía y cruces de los derechos humanos

Cuando hablamos del maestro o la maestra, todos y todas tenemos diversas opiniones: Es muy estricto o estricta, no sabe enseñar; me gusta escucharlo, le entiendo todo lo que dice…

Y así recordamos a quienes nos enseñaron las primeras letras, pero casi siempre nos olvidamos de nuestros primeros maestros: Nuestro padre, nuestra madre y otras personas más que ayudaron a forjar nuestro carácter, a ser lo que somos en nuestra vida adulta.

Buenas o malas personas, eso es lo que somos, esa es nuestra elección, situarnos entre el bien y el mal o simplemente sin puntos intermedios ser buenas o malas personas, pero todo eso aprendido y aprehendido de nuestros mayores que con buenos o malos ejemplos contribuyeron a nuestra formación como personas.

Venustiano Carranza publica el 3 de diciembre de 1917, en el Diario Oficial de la Federación el decreto que instituye el 15 de mayo día (sic) del Maestro. La primera celebración del Día del Maestro en México fue el 15 de mayo de 1918.

Jean Baptiste de La Salle, San Juan Bautista, abril 7 de 1651, sacerdote, teólogo y pedagogo dedicó su vida a formar maestros que a su vez educaban a hijas e hijos de familias pobres. Pese a su formación religiosa la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, o los Hermanos de La Salle fundada por San Juan, no tenían como objetivo la enseñanza religiosa, pero sí la formación de huérfanos y niñas y niños pobres.

En reconocimiento a la labor de Baptiste de La Salle, el 15 de mayo de 1950 el Papa Pío XII nombró a éste el patrono universal de todos los educadores.

A lo largo de la historia son muchas las personas que han dedicado su vida entera a la educación, haciendo del magisterio un auténtico apostolado.

En muchos países el Día del Maestro se conmemora en otras fechas. A nivel internacional la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO conmemora la efeméride el 5 de octubre como Día Mundial del Maestro.

En este Día del Maestro es bueno que los jefes de familia, padres y madres recuerden que ellos son los primeros maestros de sus hijos e hijas y que la mejor manera de enseñar a sus vástagos, es con el ejemplo. No se puede pedir a un niño o una niña que sea educado si los padres son violentos, si de una manera o de otra discriminan a quienes deben de ser objeto completo de amor y no de represión.

La educación no es autoritarismo ni malos tratos, golpes o tiempos aquellos en que se decía que “la letra con sangre entra”.

No olvidemos que el buen ejemplo es el mejor para la enseñanza de niñas y niños, difícilmente podrá tener hijos corteses, un padre grosero, violento. ¿Cómo pedirle a hijos e hijas que se alejen del alcohol si los padres son alcohólicos.

Educar sin violencia cuesta más trabajo y ocupa más tiempo, pero sin duda dejará mejores recuerdos a quienes se sintieron objeto de amor y comprensión para aprender a caminar por la buena senda de la vida, en beneficio propio y de quienes lo rodean.

Feliz y provechoso día a maestras y maestros del aula y a los que tenemos en nuestro hogar. Vía y cruces de los derechos humanos,