“Salvar vidas es lo más satisfactorio que puede existir”:Isabel Rodríguez, paramédico de la Cruz Roja


Isabel Rodríguez

Mérida, 4 de septiembre de 2020 (Rafael Mis Cobá).- Isabel Rodríguez Interián forma parte del equipo de 155 paramédicos de la Cruz Roja en Yucatán dedicados a salvar vidas aun a costa de arriesgar la de ellos mismos.

Entrevistada por el equipo de Mis-Noticias en las instalaciones de la benemérita institución ubicada en la calle 68, relató que hace apenas cuatro meses se incorporó a la Cruz Roja para prestar sus servicios en el área de atención a pacientes con Covid-19.

Con 29 años de edad y un hijo de 10 años, reconoció que al principio tuvo un natural temor de trabajar en ese espacio pero al paso de los días se adaptó bajo la premisa de que su único objetivo es servir al prójimo.

Las llamadas de emergencia llegan primero al 911 o al 800 Yucatán y de ahí se canalizan inmediatamente a la Cruz Roja para enviar la ambulancia más cercana al paciente que requiere el servicio.

–Llegamos al trabajo desde muy temprano o en el horario de cambio de turno y se nos asigna nuestra unidad, checamos lo que vamos a necesitar a la hora que nos avisen, así como nuestros trajes y kit para vestirnos en la ambulancia utilizando nuestros trajes, botas, gogles, mascarillas, cubrebocas, guantes y procedemos a hacer el traslado de pacientes con Coronavirus, agregó Isabel.

Pensando siempre en su hijo

Resaltó que su trabajo no le genera ahora temor porque siempre tiene la protección adecuada y se siguen todos los protocolos establecidos, de tal manera que consideró que para ella el riesgo mayor se corre afuera cuando no se toman las medidas recomendadas y se utiliza, por ejemplo, el transporte público para llegar al trabajo.

Después de prestar el servicio llegamos aquí nuevamente –apuntó–, donde hay un área específica para que nos desinfectemos al igual que la ambulancia, después limpiamos la unidad ya desinfectada y procedemos a quitarnos el traje siguiendo correctamente un protocolo  para luego bañamos y podernos irnos a nuestras casas si ya concluyó nuestro turno.

–Aquí nos bañamos y nos desinfectamos, pero igual lo hago cuando llego a casa y me cambio  completamente la ropa sin juntarlo con la de otras personas, puntualizó.

Subrayó que aunque está consciente de la responsabilidad que tiene de cuidarse y protegerse, lo hace doblemente pensando en su hijo de 10 años que lo espera en casa, “porque siempre se tiene el temor de que algún ser querido se pueda enfermar”.

Trabaja 24 horas

Isabel dijo que su horario de trabajo es de 24 horas por un descanso de 48 horas, para lo cual se tiene que quedar a dormir en las instalaciones de la institución en un área específica en espera del llamado de auxilio para inmediatamente acudir cuando así se requiera.

Reiteró que al principio tuvo temor de laborar en ese ambiente de riesgo, “pero nos fuimos adaptando y si bien al principio las cosas eran como más tensas ahorita como que ya se están acomodando las cosas, pero sí cuesta mucho trabajo aún”.

Dijo no recordar ni contabilizar a cuántos pacientes con Covid ha atendido en sus traslados en los cuatro meses que lleva de labores, porque han sido muchos, incluso en una sola jornada de trabajo, pero subrayó que el trato al paciente es el mismo que se le brinda a cualquier otro, tengan o no tengan Coronavirus.

–Me cuesta ver a los que ya están muy mal y lo primero y siempre que hacemos es tratar de ayudarlos; hay gente que tiene más avanzada la enfermedad o que son de mayor riesgo porque padecen otros males como diabetes, hipertensión y obesidad, acotó.

Esta enfermedad no es un juego

Detalló que permanentemente los paramédicos están de guardia y cuando suena el timbre es que inmediatamente se tiene que prestar el servicio y rápidamente acuden a la ventanilla para tener la información de la labor que prestarán.

Indicó que los servicios de traslado se dan de unidades médicas a otros centros de hospitalización, así como también de domicilios a las clínicas. “El médico o el familiar nos entrega al paciente y nos dice qué tanto tiene para poder valorarlo y saber qué necesita; procedemos a subirlo a la ambulancia y llevarlo en silla de ruedas si está estable o en camilla y con mascarilla de oxígeno si lo requiere”.

Añadió que todos los servicios donde ha participado, por fortuna, no ha fallecido ningún paciente en el traslado y atención.

–Es un trabajo donde se necesita mucha empatía y a mí me gusta mucho porque es algo donde apoyas a mucha gente y no hay nada más satisfactorio en la vida que ayudar al prójimo, estableció.

Finalmente envió el siguiente mensaje: “Pido a todos que tomen sus precauciones, que se cuiden mucho, esta enfermedad no es un juego y hay personas que están muy mal en el hospital pensando que ya no hay nada qué hacer por ello, mientras que afuera hay personas tomándose las cosas a la ligera”.