Mérida, Yucatán, 11 de septiembre de 2020 (Redacción Mis-Noticias).- “Nos tienen vigilados como si fuéramos ratas y nos persiguen más que a los delincuentes”, manifestó enojado e indignado don Antonio, quien durante hace más de 12 años se dedica a lustrar calzados en la Plaza Grande, pero a raíz de que las autoridades cerraron ese espacio ahora deambula por las calles para ofrecer sus servicios de manera furtiva ante el acoso y amenazas de los policías municipales.
Entrevistado por Mis-Noticias cuando lustraba el calzado a un cliente en los corredores de los Portales, el humilde trabajador se quejó además, de que él y sus demás compañeros no solo no han recibido los apoyos prometidos por las autoridades municipales para enfrentar la pandemia, sino que el colmo es que les impidan laborar libremente en la ciudad.
Subrayó que él pertenece al Sindicato de Boleros de la Plaza Grande, lo que significa que no es un ambulante, pero a pesar de ello la autoridad municipal no le deja ganarse el sustento diario y es perseguido y amenazado por los agentes de la Policía como si fuera un criminal.
Relató que hace unos días una mujer policía, con total insensibilidad, le exigió casi a gritos que se retirara del espacio donde estaba sin importarle que atendía a un cliente en ese momento.
“Estaba limpiando los zapatos de un cliente y vino un grupo de policías, entre ellos una mujer, y me ordenó que me retirara del lugar; yo le contesté que estaba trabajando, que soy de la tercera edad y que no puedo caminar y andar por las calles cargando mi caja y herramientas de trabajo, pero eso no le importó”, relató.
A parte de eso –continuó don Antonio–, le dije que soy bolero de la Plaza Grande, que soy del Sindicato de Boleros de la Plaza Grande, que no soy ambulante y que tengo que buscarme la vida por la situación de la pandemia para llevar dinero a mi familia, pero de todas maneras me dijo que tenía que retirarme el lugar.
Sostuvo que aunado a que el trabajo está escaso, los policías los corren del sitio donde se encuentren, “que porque no debemos estar estacionados en un solo lugar, que porque así está autorizado y que no debemos estar así en un solo lugar”.
Insistió en que la Plaza Principal de la ciudad está cerrada y por lo tanto no puede regresar allá ahora para trabajar como debe de ser.
“Aquí nos tienen vigilados como si fuéramos ratas, al rato viene el montón de policías a corrernos a todos, nos tienen más vigilados a nosotros que a los que andan robando, nosotros nos andamos buscando la vida, andamos buscando para la papa y llevarle a la familia, pero nos tienen bien vigilados para que no estemos acá estacionados, que caminemos”, se quejó.
Reiteró que los agentes no respetan que sea del Sindicato de Boleros y que al igual que a él, a varios de sus compañeros los persiguen y no los dejan trabajar, lo que ha ocasionado que algunos tengan que pedir caridad para poder tener algunos pesos en la bolsa.
–No nos respetan eso jefe, hay uno que está pidiendo caridad por (la tienda) Chapur, ahí está sentadito el pobre pidiendo caridad, ¿por qué, jefe?, nosotros no tenemos ninguna ayuda de la autoridad y según cuando comenzó la pandemia, según que nos iba a echar la mano a nosotros, a los Caleseros (conductores de Calesas) y a los tríos de la Plaza, y hasta ahorita, jefe, ya está terminando eso y lo único que nos han engañado es con una pequeña despensa, con eso nos han engañado porque nunca nos han dado apoyo económico, nunca, enfatizó.
Subrayó que su esposa está enferma, es diabética “y tengo que comprar su medicamento seguido y son caros, y ahorita que no hay chamba qué vamos a hacer. A veces logro hacer al día 50 a 100 pesos, a veces nada y me voy frío”.
–Ojalá que Dios quiera que se componga esto lo más pronto posible para que nos abran la plaza y regresemos a trabajar allá, porque esto está muy duro para todos…, concluyó.