Cuidemos a la Madre Tierra


Lo bueno… Lo malo…

¡Maaareee, requete sabroso, requete bueno!

Pues resulta que el avión presidencial José María Morelos y Pavón ya se vendió en mil 658 millones 684 mil 400 pesos, al gobierno de Tayikistán.

Bueno, pues con eso de que le van a devolver al pueblo lo robado, evidentemente, por gobierno y/o funcionarios corruptos, se ha beneficiado, según informó radiante de alegría el preciso, que porque esa venta dejará dos hospitales, uno en Tlapa, Guerrero y otro en Tuxtepec, Guerrero, cada uno con 800 camas.

Bueno, aunque se le vio muy risueño, de acuerdo a fotografías publicadas, por la venta del avión presidencial, fue al mero mero de la Secretaría de la Defensa Nacional, quien por cierto ha sido señalado por hacer sus viajes a todo lujo, algunos sectores de la prensa le dicen los viajes de “terciopelo”, con todo y familia. Malo es que lo hayamos percibido con cierto dejo de tristeza. Quizá la tristeza del mílite, si es que la siente, sea porque espera viajar algún día en aviones más lujosos, que el “José María Morelos y Pavón”, quesque porque su salario no le da para viajar con todo y prole en aviones de esa magnitud. ¿Será?

Esto lo pregunto, porque los detractores del general piensan que le pagan con piedras o algo así y que no tiene la lana suficiente para esa vida de grandes lujos y bueno, para quienes piensen de otra manera, lo único que tienen que hacer es reunir las pruebas suficientes y denunciar los hechos, total que la justicia en México “no tiene nada de qué avergonzarse, además de que la norma en nuestro país lucía mejor cuando no había de piña para los transgresores de la ley, pero ahora que esos corruptos violadores de la norma, tienen harto biyuyo, pues los juzgadores “no tienen nada de qué avergonzarse” cuando les untan el mango del mazo juzgador con algo más que mantequilla. ¿Masinó?

Bueno, muy bueno que la humanidad, a través de organizaciones que trabajan por el cuidado del medio, hagan un alto en el camino, para dedicarle un día de reflexión a la triste suerte que está corriendo la tierra y consecuentemente la humanidad.

El 22 de abril está considerado como el Día de la Tierra, aunque malo, muy malo esa efeméride solo sirva para recordarnos el grave daño que le estamos haciendo no solo al planeta, sino a la humanidad entera.

Greenpeace, que traducido a nuestro idioma significa paz verde, considera que la humanidad y consecuentemente nuestro planeta están en crisis, por cinco muy válidas razones, a la que contribuye, lamentablemente la parte irresponsable de la humanidad. Veamos lo que nos dice esa organización:

  1. Deforestación, incendios forestales y producción agrícola: La deforestación, en zonas como la Amazonia colombiana, representa un cambio en los patrones de lluvia en la región afectada, extendiendo la duración de la estación seca y afectando aún más a los bosques, la biodiversidad, la agricultura y la salud humana. Este bioma tiene un papel clave a nivel mundial para la regulación del ciclo del agua, es una fábrica de agua que cruza la atmósfera velozmente sobre el Amazonas hasta encontrarse con los Andes causando lluvias a más de 3.000 kilómetros de distancia, en los países andinos y son vitales para la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina. Los incendios en ambientes naturales son una de las principales causas de deforestación, los cuales son realizados principalmente por la actividad humana con el fin de despejar áreas destinadas al uso de suelos en producción agrícola y ganadera. Es por esto que la producción de cosas como el aceite de palma, la soya, la carne y los lácteos está destruyendo bosques y otros ecosistemas. En ese sentido, es necesario detener la deforestación, restaurar los bosques y ecosistemas terrestres, adoptando la agroecología, una producción y un consumo reducidos de productos animales, y más dietas basadas en plantas.
  2. Combustibles fósiles: La quema de combustibles fósiles (especialmente carbón, petróleo y gas) genera contaminación del aire que, ha llegado a representar hasta 4.5 millones de muertes anuales en todo el mundo, así como pérdidas económicas significativas, de acuerdo con un estudio de Greenpeace. El caso de la expansión petrolera en Colombia es simplemente un ejemplo más de que a pesar de las advertencias y los riesgos que implica se sigue buscando las formas de seguir perforando en busca de más y más combustibles fósiles. 
  3. Consumo irresponsable: Consumir en exceso, sin necesidad o de forma inconsciente es lo que se traduce en consumismo y contribuye de gran manera al cambio climático, ya quesegún un estudio de la ONU, el consumo en las ciudades causa el 70 por ciento de todas las emisiones globales de gases del efecto invernadero, y a medida que las ciudades sigan creciendo, también lo harán estas cifras.
  4. Uso de plásticos: El consumo de plásticos llega a invadir ciudades, además de contaminar mares, ríos y manglares principalmente. De acuerdo con Greenpeace, en el país se consumen 1,250,000 toneladas de plástico por año, 74 % de estos residuos termina en rellenos sanitarios, y en promedio cada colombiano desecha hasta 24 kilos de plástico anualmente.
  5. Transporte y movilidad: Estos son algunos de los principales generadores de emisiones de carbono, que repercuten en el medioambiente y en la salud de las personas. Por eso es fundamental implementar estrategias que permitan replantear los sistemas de transporte, de modo que sea razonable, sostenible y equitativo para todos. 

Y conste que no es propaganda para el vaivén de la gente, de la humanidad, pero hay signos que no podemos ignorar y sin ser catastrofistas, para meditar profundamente, no en lo que bien, sino en lo que ya tenemos aquí: La fruta empieza a podrirse en los árboles y éstos cada vez requieren de mayor cuidado de la mano del hombre, antes lo cuidaba un Ente Divino o la Naturaleza, si usted quiere llamarle así. El debilitamiento de la capa de ozono nos hace llegar con mayor intensidad los rayos ultravioleta B, letales para la vida, provenientes del astro rey y dejando el camino libre para los rayos ultravioleta A, que son necesarios para la vida. No soy especialista en la materia, pero a eso quizá se deba que ya no soportemos los quemantes rayos ultravioleta y que esto acorte la existencia de todos los organismos vivientes. ¿Seremos tan necios para seguir destruyendo nuestro hogar, la casa de toda la humanidad?

Por de pronto iniciemos con nuestra higiene personal, pongamos la basura no en la vía pública, sino en donde corresponda. Hagamos de nuestro hogar y de nosotros mismos un modelo de higiene que trascenderá a las calles, a la ciudad, al país, al mundo y finalmente a la humanidad. ¿Sueño guajiro?

Mis dos lectores tienen la respuesta.