Apartemos las cruces de nuestra vía


Vía y cruces de los derechos humanos

Marzo, día 21, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial y en el año de 1806 nace Benito Pablo Juárez García, quien llegaría a ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos y finalmente se le conocería como el Benemérito de las Américas por su férrea defensa del Estado de Derecho.

Casi siempre las efemérides de los derechos humanos recuerdan algo que no debió de suceder y que invita a la humanidad, a la reflexión para que esas acciones indebidas no vuelvan a cometerse.

Y juzgue usted: Marzo 21 de 1960, Sharpeville, Sudáfrica, en donde se instaura el apartheid, cuyo significado es ni más ni menos que separación, con leyes a propósito para negar la existencia de la raza negra, en esos tiempos, ahora afroamericana, con el veto para el matrimonio entre blancos y negros, amén de prohibir o negarles el derecho al voto y a no permanecer en los espacios en donde hubiera una persona blanca.

Cansados de sufrir esa situación se organizan para protestar en una marcha pacífica, pero la policía o mejor dicho la intolerancia de la “supremacía blanca” dispara en contra de las y los manifestantes y mata a 69 personas cuyo único delito fue manifestar su inconformidad contra la intolerancia que los privaba de sus derechos sociales y políticos y podríamos decir que les negaba el reconocimiento de su condición y dignidad como seres humanos.

Desde tiempo atrás Nelson Mandela, Nelson Rolihlahla Mandela, luchaba contra el apartheid que le daba la supremacía en todo y para todo a la raza blanca que apenas era el 21 por ciento de la población en Sudáfrica.

Fue en 1948 cuando el apartheid fue encumbrándose por encima de los derechos de la mayoría de la población sudafricana.

Luego de la masacre de 1960 Mandela continuó con su lucha, lo que le valió ser condenado a cadena perpetua en 1962. Durante los 27 años que estuvo en la cárcel Mandela no abandonó sus ideales y se convirtió en un símbolo internacional en la defensa de los derechos de la población afroamericana y desde luego, contra el apartheid. En 1993 su trabajo fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz.

El presidente Frederick Willem de Klerk lo liberó en 1990 y colaboró con este presidente en la lucha por la democratización de su país. La República de Sudáfrica eligió presidente a Mandela del 9 de mayo de 1994 al 16 de junio de 1999.

La obra de Mandela ha sido reconocida ampliamente por todos los sectores políticos. En 2009 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 18 de julio, nacimiento de Nelson, como el Día Internacional de Nelson Mandela.

A la edad de 95 años falleció el 5 de diciembre de 2013, en su casa de Hougton, barrio de Johannesburgo, por una prolongada infección respiratoria. Se estima en unos 90 representantes de países los que le dieron el último adiós en las ceremonias fúnebres realizadas en Sudáfrica

Es de desear que nunca más hayan fechas que nos hagan recordar actos de barbarie en contra de los seres humanos y evolucionemos hasta el conocimiento, entendimiento y respeto plenos del Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que señala: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Ojalá todos luchemos como o más que Mandela para hacer realidad ese hermoso Artículo que llevaría a la humanidad a apartar de una vez y por todas las cruces en la hermosa vía de los derechos humanos.