Mérida, 14 de mayo de 2024.- Las tormentas solares que iniciaron el pasado 10 de mayo han generado marcado interés y diversos comentarios entre la población en general debido a que son las más intensas registradas en las últimas dos décadas.
El impacto de este fenómeno en el campo magnético de la Tierra genera auroras boreales en zonas polares, pero dada su intensidad han aparecido en lugares nunca antes registrados como ha sido el caso de México, donde las auroras pudieron ser vistas en algunas regiones.
De acuerdo a los registros oficiales, las también llamadas tormentas geomagnéticas no habían tenido un fuerte impacto en la tierra desde octubre de 2003.
Sobre los efectos en la tierra de estas erupciones del Sol, la NASA ha informado que el campo magnético de nuestro planeta y su espesa atmósfera protegen a los humanos de cualquier efecto directo de las tormentas solares.
No sucede lo mismo con los astronautas en el espacio debido a que no tienen tanto blindaje, por lo que corren un mayor riesgo. Las partículas solares energéticas pueden exponerlos a radiaciones peligrosas. La NASA tiene procedimientos de emergencia para que los astronautas se refugien durante las tormentas solares.
También se ha dado a conocer que los pasajeros de líneas aéreas en rutas polares, donde el campo magnético de la Tierra es más débil, corren un riesgo ligeramente mayor que en tierra. Los vuelos polares pueden desviarse o retrasarse cuando ocurren tormentas solares.
Si ya estás en un vuelo polar cuando ocurre una llamarada, la exposición a la radiación es similar a la que podrías recibir durante una radiografía en el consultorio de un médico.
Los principales peligros que enfrenta la población son indirectos, es decir, a través de impactos en la tecnología, ya que las fuertes tormentas solares pueden provocar apagones, interrumpir el GPS y otras señales satelitales e interferir con las comunicaciones por radio de larga distancia.