Lo bueno… Lo malo…
No malo, horrible, pésimo, una barbarie la matanza cometida en San Miguel, Totolapan, Guerrero, en la que el alcalde de ese pequeño municipio, fue victimado, junto con 19 personas más por un comando armado, que incluso se dio el “lujo” de “asesinar” a balazos, hasta al palacio municipal, en cuya fachada quedaron los “bujeros” que le hicieron al inmueble, supuestamente por un grupo identificado como del cártel de Los Tequileros.
Terrible es también que un solitario pistolero, ultimó de un tiro en la cabeza a la diputada estatal de Morelos, Gabriela Marín Sánchez. De nuevo malo, pésimo, ese crimen. Nuestras condolencias a familiares, amigos y electores que vieron truncada la vida de quien era ya su diputada en el Congreso de Morelos, por el partido local Morelos Progresa.
Si no hay más mar de fondo en este pésimo asunto, diremos que a la diputada le correspondió estar en el sitio equivocado en el momento errado: Lidiar con un solitario delincuente, que al parecer iba en una moto y mató a Gabriela de un certero disparo, cuando ella salía de una farmacia. ¿O por motivos políticos? ¡¡Vaaarrrgggaaaassss?
Apenas el 15 de julio pasado Gabriela había asumido su cargo, ya que era suplente del diputado Juan José Yáñez Vázquez, quien falleció el 16 de abril de este año
La legisladora había rendido protesta en el Congreso local apenas el 15 de julio, luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fallara a su favor, ya que ella y el sobrino de Yáñez Vázquez, Roberto Carlos Yáñez Moreno, junto con la ahora fallecida, se debatieron en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por la titularidad de la mencionada diputación, organismo que dio el fallo en favor de Gabriela Marín Sánchez.
En cuanto a la militarización en el país, lo verdaderamente triste es que el asunto se da luego de que nuestros legisladores, concretamente, la Cámara de Senadores dio su aval para que la Guardia Nacional quede bajo las órdenes o la responsabilidad de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Lo peor es que esto ha dado pie a una revuelta política, con dimes y diretes entre los protagonistas de la aprobación de la polémica reforma, entre quienes estuvieron en contra y quienes estuvieron a favor. Otra vez: ¡¡¡¡VVVaaaarrrgggaaaassss!!!! Hay que averiguar qué pasó en ese sitio, algunos que dijeron no, luego dijeron sí, y otros que habían dicho sí dijeron nones, que no son limones, sino que ahora tirios y troyanos se gritan a voz en cuello: “Traidores”, que si la militarización es buena, que si atenta contra la democracia, que amamos a México, que ya no hay alianza… Al tiempo
Mientras tanto, el panorama de asesinatos, a vista y paciencia, a plena luz del día, crece a cada momento. ¿Y las autoridades?
Bien, gracias…
Lo terrible del asunto, creo, es porque esos tontos delincuentes, -ahora comprendo, pero qué burros delincuentes-, no han entendido, o no les ha caído el 20 de que el preciso ha ordenado, ¿O sugerido? Que abrazos, no balazos. ¿Y mientras lo entienden seguirán las muertes? Y yo que pensé que esa sugerencia de abrazos, no balazos, era para policías y fuerzas armadas, pero tal parece que es para convencer a las y los delincuentes que abrazos, no balazos, a sus posibles víctimas, o los van a acusar con su abuelita, ¿Tendrán?
Mecachis y la Gordis tampoco entiende el asunto ese de “abrazos, no balazos”, porque, le quiero dar abrazos y apretar su cinturita, cuando de pronto mete sus manos y está a punto de sacar mi pistola, la que guardo en el cajón de la cómoda, para darme de balazos, que, porque me fui a la cantina con los compadres, que porque llegué tarde con la comida y que a ella le vale, no dijo qué, lo de abrazos, no balazos. Uay…