Aún no salimos del Covid y llega la viruela del mono!


Lo bueno… Lo malo…

Mal que, en un intento de darles buenas noticias a mis dos lectores, haya ido postergando el escribir este comentario, porque esperaba buenas, excelentes noticias, en torno al lamentable incidente que tiene al borde de la muerte a 10 mineros que quedaron atrapados en la mina de carbón que se ubica en Las Conchas, en el paraje conocido como La Agujita, en Sabinas, Coahuila.

Ese pozo de carbón, nos dicen, tiene una profundidad de 60 metros y el derrumbe, según se ha dicho provocó que el agua del Río Sabinas llegara hasta los túneles dejando atrapados a diez mineros, cinco de ellos, milagrosamente lograron escapar por otra mina vieja que se interconecta por los túneles.

Poco después del mediodía del pasado miércoles 3 se produjo el lamentable accidente, uno más de los que se suscitan en torno a las minas, que ya muerto el niño a tapar el pozo o que diga la mina, quesque las autoridades están investigando las condiciones de salubridad, ggg onomatopeya de la risa.

Hay que hacer un reconocimiento al personal de rescate y a las familias de los mineros atrapados, que sin descanso alguno están luchando desesperadamente para sacar el agua que impide el rescate de los mineros que han de estar sufriendo lo indecible.

Se ha dicho que la mina tiene tres pozos de los que se saca el carbón. Los trabajadores entraron por el pozo número dos que está interconectado con los otros, por medio de túneles. Los sobrevivientes indicaron que trabajaban en la excavación, cuando un área contigua, llena de agua se derrumbó e inundó los túneles causando el encierro de diez mineros, mientras que otros cinco lograron salir milagrosamente.

Las bombas extractoras de agua han sido insuficientes, y en el momento de escribir estas líneas, van disminuyendo, tristemente, las esperanzas de sacarlos con vida. Esto desde luego implica un gran riesgo para los rescatistas, que saben que sus vidas también están de por medio, si es que logran llegar hasta los mineros atrapados que han de estar sufriendo lo indecible, con la angustia inenarrable y la esperanza de volver a ver la luz del día, con la confianza puesta en sus seres queridos y en los cuerpos de rescate, y desde luego en Dios.

Desde esta modesta columna, nuestra solidaridad y esperanza para con los trabajadores que todavía se encuentran atrapados en las profundidades de la tierra y para con sus familias que sufren horrores, pero todo lo dan por bien empleado si vuelven a ver con vida a sus seres amados.

Otra mala noticia es la propagación tan rápida de la viruela del mono en nuestro país y sobre todo en Yucatán, en donde hasta el momento de escribir esta nota, se informa que son ya seis casos de personas contagiadas con esta viruela, hombres con un rango de 23 a 40 años de edad.

Los síntomas de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, de espalda, cansancio, ganglios linfáticos inflamados y erupciones y lesiones en la piel.

Y malo, muy malo es que las cosas vayan de mal en peor, porque todavía no salimos plenamente de la pandemia por el Covid-19, cuando ya nos llega otra enfermedad causada por un virus, que requiere de más medidas sanitarias, es decir para cuidarnos y evitar contagiar a otras personas.

Las autoridades sanitarias informan que el contagio a causa de la viruela del mono es por contacto físico con las lesiones que provoca ese mal; las secreciones corporales, gotículas respiratorias, así como objetos y superficies contaminados. Los estudios todavía siguen, pero se han dado casos en los que se estima que el contagio de la viruela del mono es por vía aérea, pero lo más difundido es que el contacto físico puede ser un factor y otro es el de las gotículas de saliva. Los roedores, son susceptibles de ser fuente de contagio, así que a cuidarse de las ratas, aunque de nada sirven los sistemas anticorrupción.

Esta enfermedad se conoce desde 1958, pero no representaba peligro porque estaba confinada principalmente en África, pero ahora se estima en 18 mil casos en 78 países del mundo.

La pregunta obligada es si ¿el virus de la viruela del mono mutó, es decir si cambió y ahora es más contagioso que antes? VVVVaaaarrrrgggggaaaaasssss.

Uay y ahora que caigo en la cuenta, ¿qué tal si el mono de la Gordis se contagia, ¿qué vamos a hacer? Y no es que esté de chismoso, pero hace dos años le regalaron un mono muy mono, monísimo, requetechulo, hasta con su cinta roja y es bien cariñoso ese monito, que ya es un monote, pero le encanta que lo besen. No, definitivamente, se enojará la Gordis conmigo, pero ya no me vuelvo a acercar a su mono. Y tan tan.