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Virgen de Guadalupe, Emperatriz de América

Lo bueno… Lo malo…

Por Mariano Quintal Yam

Malo que a causa de una serie de dolencias la columneja haya estado fuera de circulación, pese a las protestas de mis dos lectores, pero nuevamente, si nuestro editor lo permite retomamos la senda, en medio del fervor guadalupano…

Y bueno es que antes del inicio del mes de diciembre, numerosas personas iniciaron la peregrinación hacia el santuario dedicado a la Virgen de Guadalupe en el barrio de San Cristóbal, aquí en Mérida, miles, millones iniciaron su periplo bajo el manto protector de la Virgen Morena, Emperatriz de América, hacia la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y otros más, debido a la distancia, lo hicieron hacia los sitios más cercanos en donde estuviera la venerada imagen. Algunos, ante la imposibilidad de un viaje de agradecimiento, adoraron a su madre celestial en lo profundo de su corazón, en donde se encuentra el más tierno de los amores hacia la Divinidad.

A través de las centurias esa fe ha crecido. Se estima que la primera aparición de la Guadalupana fue el 9 de diciembre de 1531, en ese entonces día de la Inmaculada Concepción, que ahora se observa el 8 del mismo mes. Juan Diego Cuauhtlatoatzin, indígena recientemente converso al catolicismo en ese tiempo, vio la hermosa imagen rodeada de luz, quien le habló y se identificó, en náhuatl como la Virgen María, madre de Jesucristo y le dio a conocer que, en el cerro del Tepeyac, sitio de la aparición, se le erigiera un templo. La historia ya es conocida y las apariciones fueron cuatro, en una de ellas Juan Diego no acudió, ante la enfermedad de su tío, a quien la Virgen sanó milagrosamente.

El 12 de diciembre Juan Diego le llevó al obispo fray Juan de Zumárraga la prueba de que se trataba de la Virgen de Gaudalupe, la tilma de Juan Diego, con la imagen que ahora se conserva en la Basílica de Guadalupe, sin mostrar los estragos del tiempo pese a que es una fibra vegetal.

Una duda que debe ser aclarada para mis dos lectores es la variedad de nombres que se dan a la Virgen María, en este caso la Virgen de Guadalupe que se estima que en el cerro donde se apareció, el Tepeyac, los originarios del lugar lo conocían como el sitio de la diosa Toci-Tonantzin, que significaría nuestra madrecita, por lo que se ha dicho que los sacerdotes españoles decidieron utilizar la devoción hacia esa diosa para rendir culto a la Virgen de Guadalupe, que era la Señora de la tierra natal de Hernando de Cortés, la Virgen de Guadalupe de Extremadura,

Mucho de lo que se pierde en la noche de los tiempos tiene que ver con la fe de quienes creen en algo, con confianza, con esperanza…

El derroche de esa fe lo atestiguó la columneja en el amanecer de este día 12, donde cientos de personas “invadieron” la palabra significa irrumpir, entrar por la fuerza, pero vaya que había fuerza, en la fe demostrada a través de los siglos que nos llega hasta el presente.

Una iglesia pletórica de fieles, esperanzados en el alivio de sus males, ante la promesa divina: … ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?…

Y la esperanza la llevamos no solo los mexicanos, sino el mundo entero, de que haya paz sobre la tierra, cuando en uno de los países más poderosos hay un individuo que se siente un gigante en la tierra de Liliput, habitado por liliputienses, o pigmeos o enanos, personas de talla baja, se dice ahora, tierra y personajes crecidos en la imaginación de Jonathan Swift en su obra Los viajes de Gulliver.

Pésimo que la columneja tenga que escribir esto, pero cuando se agrede a países amigos, con amenazas de imponer arbitrarios aranceles, impuestos, contribuciones, tributo, carga, gabela, o como quiera usted llamarle, sin lógica alguna y nada más porque solo “mis pistolas truenan”.

El tal Donald, ha sido caricaturizado en diversas partes del mundo como aquellos piratas que a sangre y fuego obtenían lo que querían.

Entre tantas lindezas que seguramente ya conocen mis dos lectores, en su intención de derrocar a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, el gobierno de Estados Unidos confiscó, un buque petrolero al más puro estilo de los piratas del caribe, comandados por Jack Sparrow.

De este hecho el presidente venezolano en una concentración realizada el pasado día 10, exigió el “cese del intervencionismo ilegal, brutal del gobierno de Estados Unidos en Venezuela y América Latina”.

Con todas las poses muy lejanas a la dignidad de un jefe de Estado Trump ha señalado que Gustavo Petro, el presidente de Colombia ha sido muy hostil con Estados Unidos y que de no enmendar el camino “él será el siguiente” ¿?

Malo sería si olvidamos aquel pasaje de David contra Goliat, en el que el gigante, héroe para los filisteos, que había desafiado al ejército israelí, terminó abatido por una simple piedra lanzada con una honda, por David, que, en su brazo, se dice llevó la justicia de Dios…

México no deja de ser blanco de míster pato, que diga, de Donald, quien amenaza que si por el tratado de Libre Comercio, que si porque hay cárteles, que si porque les deben agua, cuando en los cinco últimos años el cielo se niega a llorar para desbordar los embalses y que si le impondrá cinco por ciento de impuesto a los productos mexicanos etc, etc.

Malo, pero cierto, lo ha dicho la columneja, no hay que dejar sueltos a los chivos en el interior de una cristalería.

Bueno es que un día la justicia Divina resplandecerá

Pero ni duda cabe, los aduladores, lambiscones, turiferarios, arrastrados, ayayeros chaqueteros y muchos más, están a la orden para rendirle pleitesía al mandamás en turno y eso parece que hizo la Federación Internacional de Fútbol cuyo presidente Gianni Infantino, no muy infantilmente, ¿o si?, al realizarse el sorteo de la Copa Mundial de Fútbol 2026, en el Kennedy Center de Washington, le entregó el recién “salido del horno” el premio de la paz” al dueño del balón, el tal Donald.

Malo es que infantilmente Infantino no dijo de dónde, cuándo y cómo se estableció el mencionado premio

El infantil, pueril, Infantino dijo que Trump debería de recibir el Nobel de la paz, “por sus esfuerzos para negociar el alto al fuego en Gaza”.

Para nadie es un secreto que el convicto Donald Trump hacía “campaña” para recibir el tan preciado Galardón.

Por cierto, que María Corina Machado Parisca, líder opositora venezolana fue a quien correspondió recibir el Nobel de la Paz, por medio de su hija Ana Corina Sosa, ya que la galardonada está en la clandestinidad hace ya casi año y medio, proscrita por el régimen contra el cual lucha incansablemente.

María Corina es una líder opositora, con una férrea e incansable lucha por hacer las cosas bien, en síntesis, férrea defensora de las prerrogativas fundamentales de sus compatriotas venezolanos y por analogía, del mundo entero…

Por cierto, que la galardonada, María Corina Machado no pudo llegar a tiempo para recibir ese premio tan anhelado por míster Donald, por la clandestinidad en la que se encuentra, por lo que el premio, como ya indicamos lo recibió en su nombre su hija Ana Corina.

Luego de más de dos años de no ver a sus hijos e hija,, según han dicho, el reencuentro fue toda una explosión de alegría, allá en Oslo, sitio de la entrega del galardón, a la cual llegó tarde, por los riesgos de su viaje.

Lo bueno es que de nuevo reaparecen la fe y el deseo no solo de que las cosas se resuelvan bien, sino que todas las personas en el mundo hagan valer los derechos de la bondad, la empatía y la honestidad, ¿verdad funcionarios del mundo entero, pero en especial las y los de mi querido México, en donde los corruptos campean por las tribunas del Senado y las cámaras menores, presidencias, etc., etc.? Además, los cárteles ya enseñan descaradamente la figura del terrorismo para imponerse a las debiluchas autoridades mexicanas…

Gracias por la paciencia, a mis dos lectores y por mantener la fe en que las cosas mejorarán si participamos todas y todos en la defensa de nuestros derechos.