Terapia de Artes Expresivas


Parte III

Iniciar un proceso terapéutico a través de las Artes Expresivas

¿Qué implica?

Cuando una persona decide llevar un acompañamiento terapéutico, debería considerar algunos puntos en su búsqueda hacia cómo y quién tendrá el honor de acompañarle y facilitar su proceso, en otras palabras, quién será su terapeuta:

1) El estilo, la metodología que se propone. Hoy en día existe un abanico amplio para elegir el cómo llevaremos nuestro proceso. La Terapias de Artes, ofrece un camino repleto de posibilidades que se multiplican tanto como la imaginación lo permita. Se trabaja a partir de la transdisciplinariedad de las artes y su potencial, el juego, la imaginación, la ternura y el permiso para SER.

Por lo general, crecemos aprendiendo a expresarnos verbalmente, lo cual para muchos puede ser una vía cómoda, pero para otros una limitante, pues puede maquillar nuestros sentimientos a favor o en contra de nosotros, o simplemente dificultar el proceso de encontrar las palabras exactas que representen nuestro sentir.

Darle la oportunidad a las Artes, al proceso creativo, de ser la vía de expresión y transformación permite oler, sentir, tocar, visualizar, escuchar incluso jugar con nuestro interior para poder comprenderlo, aceptarlo y sostenerlo. La Terapia de Artes Expresivas tiene como meta abrir espacios cuidados y bellos con permiso para ser SER y posibilidad de TRANSFORMAR.

2) El o la facilitadora. Encontrar una persona con quien iniciar la aventura de un proceso terapéutico es de los puntos más importantes en una terapia. Que sea una persona con formación seria y experiencia, es fundamental para poder crear ese espacio seguro y transformador necesario.

Muchas veces nos encontramos con personas que, sin ser psicoterapeutas, nos dan confianza e incluso son conocedoras de la importancia de los procesos, pero el recorrido profesional juega un papel importante y no se debería minimizar su valor. Debemos ser conscientes que estamos poniendo en manos de otr@ nuestra mente, cuerpo y corazón.

La conexión, el vínculo, el enlace que se forme entre el/la facilitador@ y la persona es la columna vertebral del proceso. La terapia es como una danza donde se entrega y se recibe continuamente y debe hacerse con responsabilidad, cuidado, respeto y amor.

3) Voluntad y compromiso. En todo proceso de crecimiento, como en la vida misma, el primer paso es hacer las cosas con ganas de hacerlas, con voluntad, el inicio de un proceso terapéutico debe tener intención, intención de búsqueda, de crecimiento y de transformación. Para mantener y darle continuidad a esa intención, al camino de búsqueda interior y entonces lograr las metas personales, se necesita compromiso. Compromiso con uno mismo y compromiso con el proceso de crecimiento, con el ritmo y con las sorpresas que surgen en el camino, compromiso con el espacio y el tiempo de cada uno.

Llevar un proceso a través de las Artes Expresivas es una aventura extraordinaria, es mirar el espacio con posibilidades y a través de nuestra capacidad de cambio, es responsabilizarnos de nuestra creación, es darnos permiso de transformar un sentimiento en una imagen, la imagen en una melodía, la melodía en una danza, la danza en un trazo, el trazo en un color, el color en una poesía y la poesía en una figura y la figura en una nueva posibilidad de ser. Darle voz a lo que creemos que no tiene voz, mirar a los ojos a aquello que nos parecía invisible, abrazar lo intangible, es multiplicar nuestras posibilidades y perspectivas y así transformarnos.

#LatelaCultura

ILE VICTORIA URIBE JINICH

Lic. en Psicología por la Univ. Marista de Mérida, Yucatán.

Maestría en Arteterapia Transdisciplinaria y Desarrollo Humano por ISPA Barcelona,  Especialización en Artes Expresivas por EGS Suiza.