Sin empleo en Yucatán unas 300 trabajadoras sexuales transgénero, meseras y cocineras


Muñeca Aguilar en su lucha por la igualdad.

Unas 300 trabajadoras sexuales transgénero, meseras y cocineras también resienten los efectos de la pandemia por el Coronavirus y desde hace varios meses atraviesan por una situación crítica por la falta de empleo y la caída en la demanda de sus servicios, expuso a Mis-Noticias la activista Muñeca Aguilar Martínez. 

Situación crítica viven actualmente las trabajadoras sexuales. Foto archivo.

Subrayó que la mayoría de estas personas tiene la necesidad de sostener económicamente a sus padres y familiares dependientes de ellas, lo que agudiza más la situación en la que viven. 

Ante ello, Muñeca Aguilar tomó la iniciativa desde el inicio de la pandemia de realizar una colecta de apoyos alimentarios, ropa, calzado e insumos para el trabajo sexual que contribuya a evitar enfermedades de transmisión sexual, logrando a la fecha ayudar cientos de familias de esta ciudad, además de otras que viven en los municipios de Motul, Halachó, Tekom, Tecoh y Valladolid. 

Se requiere de la ayuda solidaria de la sociedad.

Discriminación 

 “Cuando empezó la pandemia y comenzó el cierre de fuentes de empleo y muchos se quedaron sin trabajo tomé la iniciativa de ayudar a mis compañeras trabajadoras sexuales, primero pensando en las que trabajan en las avenidas, pero yo me dije, soy bar-tender, mesera, a chingaos yo no tengo trabajo y así también habrá seguramente muchas compañeras en esas condiciones”, aseveró durante la entrevista. 

Yo si me identifico como trabajadora sexual, pero no lo ejerzo –observó–, porque no es como que lo mío, hay muchas cosas que no me gustan, aunque de repente lo hago. 

Señaló que decidió entonces incluir en su plan de ayuda a las meseras, a las cocineras y a todas las mujeres que sean trans y que se dedicaban al ambiente de los bares, de las cantinas y del trabajo sexual, porque algunas tienen hijos que mantener o tienen padres que mantener y ya no tienen ningún tipo de ingresos. 

Explicó que al principio tuvo mucho miedo de no recibir la ayuda solidaria de la gente porque hay mucha discriminación hacia las trabajadoras sexuales, pero por fortuna el apoyo que comenzó a recibir fue muy bueno y se fueron sumando incluso otras amigas para gestionar y distribuir los apoyos. 

Trueques 

Añadió que una amiga le solicitó ayuda para comunidades fuera de Mérida y fue como se incluyó a cinco municipios más para llevarles despensas, insumos de salud sexual para prevenir enfermedades, cremas para las manos, limpiadores para pies, ropa, calzado, entre otros artículos. 

La activista social dijo que también organiza ventas e intercambios de productos en una especie de trueques en los que, por ejemplo, si hay demasiada ropa colectada se cambia por despensas o de algo que se necesite más. 

Pensamos en las comunidades –continuó–, porque es más difícil sobrevivir en una zona rural urbanizada que en una ciudad o en una comunidad más chiquita, ya que por fortuna en estos lugares la gente puede ser autosustentable porque cría animales de corral, siembra en su patio y obtienen alimentos para subsistir. 

“Voy a aponer un caso difícil, como Motul, aquí está canijo porque sus centros de trabajo están cerrados, las calles también cerradas y a las siete de la noche hay una especie de toque de queda, así que dónde le van a buscar, las mujeres no pueden venir a la ciudad de Mérida porque no tiene sentido y entonces la situación que enfrentan para sobrevivir es crítica”, acotó. 

Escasos clientes 

Hizo notar que un grupo de meseras que trabajaban en cantinas de Motul estaban bien organizadas y fomentaban diversos cultivos en la comisaría de Santa María y se ayudaban de esas actividades para complementar sus ingresos, pero las tormentas Cristóbal y Amanda arruinó todas las siembras y se quedaron sin nada.  

En cuanto al trabajo sexual aseguró que ha sido muy difícil desde el inicio de la pandemia debido a que se creó una mayor competencia y el mercado que consume el trabajo sexual también bajó por la ausencia de clientes, lo que restó oportunidades de trabajo para todas las que se dedican a esa actividad. 

Respecto a las que se dedicaban a trabajar como estilistas y costura, por ejemplo, la falta de clientes ocasionó que cerraran sus puertas y otras migraron a otros lugares y regresaron con sus familias. 

“No hemos sabido de suicidios, pero la mayoría de las mujeres trans han soportado violencia dentro de sus familias y de otras casas donde viven, porque la mayoría de las mujeres trans son independientes y entonces, obviamente, viven una transición y una vida no muy grata en su familia”. 

Explicó que ella se considera afortunada porque su papá trabaja y paga el consumo de energía eléctrica, renta y otros gastos de su casa, “así que si yo me siento con ese privilegio por qué no voy a ayudar a quienes lo necesitan”.  

Buscar otras fuentes de ingreso 

Indicó que aunque la iniciativa de ayuda no está dirigida a chicos, sino solo a mujeres transgénero, no se negaría el apoyo en caso de que algún hombre lo requiera y de hecho señaló que se ha brindado ayuda algunos travestis. 

Estimó que en Mérida existen entre 250 a 300 mujeres trans que ofrecen servicio sexual e insistió en que la pandemia ha disminuido considerablemente la demanda en el servicio por la falta de trabajo de los potenciales clientes, el cierre de hoteles, el horario restringido dispuesto por las autoridades, lo que ocasionado al mismo tiempo que bajen los precios del servicio sexual y en consecuencia también la calidad. 

Debido a que el Coronavirus parece no parar y seguirá por mucho tiempo más pidió a la población en general que siga con su apoyo solidario donando despensas, ropa, calzado, insumos de prevención para el trabajo sexual llamando al teléfono 9999 09 39 99, o, si lo prefiere, aportaciones en efectivo a la cuenta Saldazo 4766 8415 7174 2694. 

Finalmente comentó que desde hace varias semanas iniciaron la gestión de dos máquinas de coser ante la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Mérida pero hasta ahora no han tenido respuesta. Estas herramientas de trabajo serían utilizadas para que algunas mujeres se autoemplearan en actividades corte y costura. 

“Necesitamos equipo para trabajar porque esto no va pasar pronto y tenemos que buscar otras alternativas que no sea solo el trabajo sexual”, aseveró Muñeca Aguilar. 

Discriminación y acoso 

Sobre el tema de las mujeres transgénero Mis-Noticias consultó la enciclopedia libre Wikipedia y encontró los siguientes datos: 

El informe estadounidense Injustice at Every Turn: National Transgender Discrimination Survey —«Injusticia en cada esquina: vigilancia nacional a la discriminación transgénero»—, cuyos resultados se obtuvieron a través de una encuesta hecha a aproximadamente 3000 mujeres transgénero, publicó el año 2012 el siguiente resultado: 

El 36% habían perdido su trabajo debido a su identidad de género. 

El 55% habían sido discriminadas durante el período de contratación. 

Al 29% les había sido denegado un ascenso. 

Al 25% les había sido negada atención médica. 

El 60% de las mujeres trans que habían visitado un refugio para personas sin hogar sufrieron acoso durante su estancia. 

El 33% habían sido acosadas y el 3% agredidas tras haber mostrado documentos de identificación incongruentes con su identidad de género. 

El 20% reportó acoso por parte de la policía, un 6% abuso físico y el 3% abuso sexual. El 25% declaró haber sido tratadas de manera irrespetuosa por parte de oficiales de policía. 

Entre las mujeres trans encarceladas, el 40% han sido acosadas por otros reclusos y el 38% por el personal del establecimiento. El 21% ha sufrido acoso físico y el 20% abuso sexual.