Preocupa fanatismo de “ambientalistas” por llamado a la ruptura del orden legal


Mérida, Yucatán, 15 de diciembre de 2022.- Grave y preocupante resulta que personas autodenominadas defensoras de los derechos ciudadanos, inciten a romper el orden legal y social bajo falsos argumentos que solo buscan encubrir mentiras para atender intereses y caprichos personales.

Jesús Ariel Uc Ortega y Mario Jesús Pech Moo, a las puertas del edificio judicial en una de sus varias protestas

Tal es el caso de quienes participan y encabezan la farsa de un movimiento social que ha buscado desde hace varios meses desprestigiar a la granja de cerdos “Kancabchén II”, ubicada en la comisaría izamaleña de Sitilpech.

Escudándose bajo la agrupación identificada como “La Esperanza”, un grupo de vecinos de Sitilpech coordinados y asesorados por la organización pseudo-ambientalista “Kanan”, encabezados por Mario Jesús Pech Moo y Jesús Ariel Uc Ortega han realizado plantones y manifestaciones pidiendo el cierre de dicha granja porcícola, engañando a los pobladores para que se sumen a sus protestas.

Trabajadores de la granja Kancabchén en la plaza de Izamal exigiendo la reapertura de su centro laboral y que los pseudoambientalistas dejen de mentir.

El colmo del cinismo es que estos dos personajes “defensores” del medio ambiente POSEEN GRANJAS DE ANIMALES CLANDESTINAS en Sitilpech y sin ningún tipo de regulación, según lo denunciado por los propios vecinos de la localidad y constatado fehacientemente por Mis-Noticias y el Observador Gráfico en visita realizada a esa comunidad, al menos en el caso particular de Uc Ortega.

Granja clandestina de Uc Ortega, denunciada por vecinos de Sitilpech

Estos dos granjeros también aparecen entre quienes presentaron una demanda de amparo ante un juzgado de distrito, tal como se aprecia en la nota publicada el 1 de agosto del presente año:

“En la demanda de amparo presentada el pasado 25 de mayo de 2021 ante el Juzgado Primero de Distrito en Materia Mixta de Mérida, bajo el expediente JA/887/221-IV, aparece como principal quejoso nada menos que Mario Jesús Pech Moo.

“Entre los 136 firmantes que acompañan el expediente de la demanda está la rúbrica de Jesús Ariel Uc Ortega, conocido en la comisaría con el alias de “El Plomo” y propietario de la granja de cochinos que opera a escasas cuatro esquinas de la plaza de Sitilpech”.

Los procesos judiciales iniciados por los dos granjeros y socios no serían controvertidos y de dudosa legitimidad si realmente fuera una acción genuina y no parte de una farsa impregnada de fanatismo, o motivado por algún interés económico o político.

Lo anterior puede tener alguna explicación si se analiza el contenido de las declaraciones de Mario Jesús Pech Moo publicadas en un medio local, donde se proclama como uno de los líderes y organizadores de una revuelta y en en el que, utilizando un lenguaje violento, aseguró que movilizarán a gente de otros municipios para “sacar” a una empresa porcícola del Estado, sin importarle un ápice el marco legal.

Por cierto, llama la atención que cada vez que aparece en público Mario Jesús Pech Moo evita dar a conocer su nombre completo, en particular, su apellido materno. ¿Será que quiere pasar desapercibido para alguien o por algo?