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“Polok”, el perro peregrino

Mérida, 14 de diciembre de 2023.- Guadalupano, Polok, Box-ní y Rasca-ladra, son los nombres con los que los pobladores han bautizado a un singular perro devoto a las actividades religiosas en el municipio de Ixil.

Después de disfrutar sus ricos tacos de cochinita concluida la peregrinación

El “malix pek´”, carente de pedigrí alguno que acredite su raza, representa un caso poco común en cuanto al comportamiento de un can, ya que le gusta asistir a misas, novenas y rosarios que se celebran en la capilla de la localidad, así como también a las que se llevan a cabo en las casas particulares.

Mezclado entre los fieles, “Polok” recorre las calles durante la peregrinación en honor a la Guadalupana

Pero no solo eso, el perro no pierde la oportunidad para estar presente en las peregrinaciones que se realizan en las calles de la población, mezclado entre los creyentes, como de igual forma le gusta acompañar los cortejos fúnebres y los velorios para escuchar los rezos y oraciones, con los que, al parecer, el animalito se siente a gusto y relajado.

En la inmensa mayoría de los casos los perros se asustan y evitan el ruido y luces intensas que genera la pirotecnia utilizada en las actividades religiosas, pero este perro peregrino parece no afectarle los estruendos de los voladores, petardos, hiladas y otras explosiones generadas por estos artefactos.

Entrando a la capilla para escuchar misa

El can vive prácticamente al interior de la iglesia y cuando cierran el templo se resguarda en los rincones del atrio o en las paredes exteriores del edificio.

El Sacristán José Carlos Cocom Cauich, explica que el animalito llegó a la iglesia hace unos cinco años luego de asistir a un cortejo fúnebre y apenas tres días después de haber muerto de cáncer otro perro que asumía similar comportamiento, al que llamaban “El Peregrino”. Comentó que hay quienes creen que “Polok” es la reencarnación o segunda vida del perrito fallecido.

Sacristán José Carlos Cocom Cauich

El caso es de llamar la atención, pues cuando no hay actividades religiosas en la parroquia, “Polok” busca y encuentra algún domicilio donde hay novenas, guiado y orientado por el sonido de los voladores y las luces que emiten cuando es de noche.

El perrito busca un espacio adecuado para escuchar la celebración eucarística
Ya instalado entre banca y banca

El Sacristán asegura también que el perro asiste puntualmente a las misas y lo más tarde que llega es en la segunda campanada. Como si fuera un creyente humano, al escuchar el llamado de las campanas arriba al templo y entra por la puerta principal para ubicarse cerca del altar donde se acomoda para escuchar las celebraciones litúrgicas.

Una siestecita con tacos de reserva

La mayoría de quienes asisten a la iglesia se ha encariñado con el animal y avalan su presencia al interior de la capilla, aunque hay algunas señoras que se molestan y lo intentan sacar del edificio, manifiesta José Carlos Cocom.

“Cuando lo regañan al pobre, se molesta y desaparece dos o tres días, pero luego regresa como si nada hubiera pasado para estar presente de nueva cuenta en las misas”, expone el Sacristán.

Recuerda que el párroco anterior, Miguel Ángel Pech Alonzo, le puso de apodo al perro “Polok” (gordo), aunque otras personas también lo llaman “Box-ní” (nariz negra), Rasca-ladra (porque cuando se rasca ladra), Guadalupano y Peregrino.

“Es algo poco común y hasta parece que está entrenado, pero la verdad es que al perrito le gusta estar en la iglesia y escuchar misa, así como también asistir a las novenas de las casas donde le dan dulces, tacos, tortas y todo lo que se reparte en el “t´ox”, concluyó, el Sacristán.