Una ley de física señala que a toda fuerza en un sentido se opone otra en sentido contrario. Lo mismo sucede en el interactuar ciudadano en todos los campos:
Bueno es que las autoridades federales, estatales y municipales estén haciendo su mejor esfuerzo para dictar normas, disposiciones que ayuden en aliviar los efectos de la mortal pandemia del COVID-19.
Malo que una parte de la ciudadanía no se adapte e intente llegar primero en las filas para entrar en comercios, transporte público etc. Muchos hay que se resisten al uso del cubrebocas. Malo también que se dicten disposiciones que atenten en contra de leyes nacionales y locales.
Bueno es que muchas mujeres, en todo México estén hartas de la violencia que se genera en contra de ellas y hayan elevado su voz de protesta, en instituciones de derechos humanos, a nivel nacional y en los estados del país.
Malo que usen la violencia contra la cual pelean, exigen sus derechos, porque en esas exigencias, en ocasiones causan daño en propiedad ajena y pienso que no se combate el fuego con el fuego, sino con el diálogo.
Bueno es que Mis-Noticias nos informe de la reapertura de templos de todos los cultos, luego de seis meses de permanecer cerrados, como medida preventiva contra la pandemia.
Malo que haya quienes profesen una religión y en su propia casa no amen a sus prójimos, es decir a su familia. La Red Nacional de Refugios, A. C., señaló que de mayo a junio de este año la violencia contra mujeres, niñas y niños se incrementó en los hogares en un 81% respecto al año pasado.
Bueno dirán que fue el cierre de parques, Plaza de la Independencia conocida como Plaza Grande, entre ellas, para evitar aglomeraciones y posibles contagios por la pandemia.
Malo es que no se tomaron las previsiones para que sigan laborado ahí los integrantes del sindicato de boleros, casi todos de la tercera edad y que la policía los persiga como si fueran delincuentes, como se informa en una entrevista publicada por este medio.
Bueno que el diputado Felipe Cervera Hernández haya presentado una iniciativa, para que las personas enfermas de COVID-19 y en riesgo de fallecer, puedan hacer su testamento a través de las nuevas tecnologías de la información.
Malo que en ocasiones haya hijos e hijas que pelean por lo mucho o poco que haya dejado el testador y hagan caso omiso de la última voluntad de su pariente.
Bueno es tener lectores para estas líneas.
Malo que me extienda demasiado. Hasta la próxima.