Grupo “ambientalista” cierra accesos de Sitilpech e incita a la violencia


*Apedrearon la casa del comisario

*Cierran entradas y salidas a Tunkás e Izamal

Mérida, 18 de febrero de 2023 (Redacción Mis-Noticias).-En cumplimiento a una orden judicial y auxiliados por policías estatales, esta madrugada ingresaron cuatro vehículos con insumos a la granja Kancabchén II de Sitilpech, lo que ocasionó que más tarde, el grupo que mantenía bloqueado el acceso incurriera en actos violentos al destruir una unidad de suministro eléctrico y cerrar la entrada y salida de la comisaría junto con unos 50 alborotadores más.

Ante esa situación, trabajadores y vecinos de la población pidieron a las autoridades la presencia policiaca para que resguardara el orden en la localidad, pero hasta el momento de redactar esta información (8 de la mañana) no habían llegado los elementos de seguridad para restablecer la tranquilidad y cuidar de la integridad de las familias.

(Como hemos informado con anterioridad, un grupo de personas vinculadas con la agrupación Kanán e Indignación bloquearon ilegalmente el acceso a la granja desde la semana pasada e impidieron la salida y entrada de empleados, así como de cualquier suministro de insumos para los animales).

Hoy sábado, a las tres de la madrugada, cuatro camiones con alimentos ingresaron a la granja, así como también se pudo sacar otros cuatro vehículos que se encontraban al interior. Este movimiento ejecutado por orden judicial, se logró con el apoyo de un grupo de policías estatales para resguardar las unidades y cuidar de la seguridad de los trabajadores y del grupo de 12 personas que mantenían el bloqueo. Concluido el trámite los agentes se retiraron.

Sin embargo, más tarde, el grupo de manifestantes convocó a otros simpatizantes y con una actitud violenta y de abierto fanatismo regresaron a la granja y destruyeron la unidad de suministro eléctrico lanzando amenazas contra los trabajadores y toda persona que no se sumara a su protesta.

Los violentos manifestantes que se autodenominan defensores de los derechos ciudadanos y del medio ambiente cerraron después las dos entradas y salidas a la comunidad (Tunkás e Izamal) aislando a la población y con amenazas de violencia, tal como ya sucedió con el predio del comisario que fue apedreado “por no apoyar el movimiento”.