“George Squeeze-play”


Lo bueno… Lo malo…

Una satisfacción indescriptible es ver entronizado en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano al Ing. Jorge Carlos de Jesús Menéndez Torre y a su seudónimo George Squeeze-play con el que publicaba sus crónicas del llamado rey de los deportes.

Al ingeniero, como le decíamos sus amigos, lo conocí en la redacción de Novedades de Yucatán, un hombre sencillo, amigo de los “abajeños”, de ahí el sobrenombre de “Manito”. Inolvidables reuniones, charlas luego del trabajo, en los talleres del periódico, con compañeros como José Arjona (+), Carlos Velázquez (+), Humberto Zunza, Gustavo Martín y otros más que la memoria ingrata no trae al presente. Una pizza, y refrescos, la charla amena y alegre con un gran charlista…

Primero el cierre de su página deportiva, al correr el tiempo, en su labor de director del periódico mencionado. En estas pasiones de Jorge Carlos tuve la fortuna de acompañarlo y gozar de su confianza editorial y de amistad.

También escribía de futbol como Paquito Antiguo. Y otros temas con el sobrenombre de María Piedad.

Publicó libros versados en béisbol y dos veces fue galardonado como Cronista del año en la Liga Mexicana de Béisbol. Fue vicepresidente de los Leones de Yucatán, si mal no recuerdo de 1987 a 1993.

Ahora tiene su propio sitio, como ya dije, en el Salón de la Fama. Galardón muy merecido.

Hombre de criterio y de decisiones, platicaba, en una ocasión, que su deseo fue siempre escribir, pese a que en su familia se le eligió para ser el responsable de la rotativa, de ahí su título de ingeniero mecánico…

Fue doloroso enterarme, el 9 de junio de 2013, de su fallecimiento. Lejos estaba yo de saber que el destino me daría una inmensa alegría por el reconocimiento que ahora se le hace a su pasión deportiva.

Hombre piadoso, incansable promotor de los cursillos de cristiandad. Su hijo Jorge Carlos Menéndez Moguel es conocido como el Padre Manito. ¡Cuánta alegría en los ojos, y en el alma, ante la proximidad del ordenamiento sacerdotal de su hijo!

Me temo que no podré seguirle diciendo que descanse en paz, porque seguramente estará muy atareado redactando, en su periódico deportivo Crónica, los juegos de béisbol -¿O guerra?- entre Ángeles y Diablos…

¡Caramba, por andar con la alegría-melancolía por los ayeres disfrutados con un gran amigo se me olvidó el encargo de la Gordis!

Voy que vuelo, porque me dijo que le compre todas las tazas que pueda llevarle, quesque porque nos darán a ganar mucho dinero. Al incentivarse el ahorro de todos.

Yo la verdad no le entiendo a esas cosas de los bancos, sólo sé que los banqueros son requetegordos, deben de comer bien y tienen diamantes hasta en la nariz. ¿Será que quiere quedar más gorda la Gordis?

¿Y para qué tanto escándalo con esas tazas, serán de porcelana, de la dinastía Ming?

Y mire usted lo que dice un banquero, que con tanta lana no sabe escribir, porque me alega y requetecontraalega que no son tazas, sino tasas, ¿Qué, no es lo mismo?

Bueno ese señor banquero dice que el Banco de México aumentó las tasas, ¿o tazas? ¡¡¡Vvaaarrrrggggaaaaassss!!!

Quesque para contener la inflación. ¿Con eso dejaremos de tomar las chelas? Me vale, yo seguiré inflando manque le pese la inflación a la Gordis.

Voy volando a comprarle sus tazas, quien quita que con esta décima alza –desde julio del 2021, que nos dicen estaba en el 4 por ciento; ahora quedó en 8,5% ¿o son más?  nos hagamos Riquin Ricón, como dice la Gordis, que, porque ahora los bancos van a cobrar más intereses por prestarnos dinero, el agio, el agio, que no el ajo, el ajo…

Por de pronto a comprarle sus tazas a la Gordis… pero dejaré mi reservita para el amigo cantinero, cantinero… porque si no me cobrará más intereses por darme fiado.