Esperanza del mañana


Lo bueno… Lo malo…

Bueno, muy bueno que Mis-Noticias nos ilustre sobre los primeros nacimientos de este 2021 en algunos hospitales, para seguir con la bienvenida a niñas y niños que son la esperanza del mundo de mañana, retoños de la humanidad que sigue su marcha inexorable para seguir creciendo en este mundo que desde principios del ya fenecido 2020 nos dejó la huella indeleble de un virus que ha trastrocado la vida social y económica de la humanidad…

Pero es malo, pésimo, que sin hacer caso de la debacle a la que se encamina la naturaleza que para buscar el sano equilibrio de la vida ha de deshacerse de los depredadores, que si bien en algunos casos son necesarios para equilibrar la balanza de la existencia, hoy por hoy, quizá estemos seguros estimados lectores que el mayor depredador que el mundo haya conocido es el hombre, el ser humano. Homo homini lupus. El hombre es el lobo del hombre, frase atribuida al sarsino Plauto, en su obra Asinaria.

Deploremos que los gobiernos del mundo entero no buscan servir y encontrar mejores formas de vida para sus gobernados y en aras del “poderoso caballero don dinero” están devastando selvas, entornos donde la vida se antoja un edén, y a las formas de vida que en ellas habitan, la explotación irracional de combustibles fósiles que han construido un monumental invernadero que asfixia a la humanidad y amenaza a todas las formas de vida del planeta. La “sabia naturaleza” se defiende con cambios climatológicos que pugnan por volver las cosas a su estado natural. Lamentablemente ese estado natural podría decirse que está en contra de los avances tecnológicos que amenazan un sano ambiente.

Un pequeño virus, ha puesto en jaque a la humanidad que requiere que sus guías cuiden lo que queda de nuestro planeta, para que los niños que nacerán en este 2021 tengan algo positivo que heredar, un entorno sano, digno, pero los seres humanos han de deshacerse de los antivalores, de la maldad, de la discriminación y los odios, para convertir de nueva cuenta nuestro mundo en un vergel, no en campo de lucha de ángeles y demonios.

Pésimo será pues que los electores sigan llevando al poder a personas carentes de valores, de capacidad de servicio, de humanismo y solamente encumbren a protervianos que hacen del mal y de su “auto$ervicio” la finalidad de la búsqueda del poder, por el poder mismo y la riqueza malhabida que éste conlleva. Ustedes tienen la palabra.

Bueno que ya estén en México las vacunas contra el Covid-19 y que se haya establecido el orden por el cual se habrán de aplicar, en primer sitio para los soldados que están en el frente de batalla: El personal sanitario. Y después con un orden ya establecido.

Malo, muy malo es que se denuncie influyentismo y que personal sindicalizado pretenda ser vacunado contra el coronavirus, antes que trabajadores que están en primera línea para atender a pacientes infectados con el peligroso virus. O que médicos pretendan vacunar a sus familiares antes que a quienes les corresponda. La Dra. Ana Paola Cosío Farías, pediatra y endocrinólogo asignada al área de Covid-19 de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital de Pediatría renunció a su cargo denunciando influyentismo en la aplicación de esa vacuna, al parecer con la anuencia del director del IMSS. De inmediato los dimes y diretes salieron a relucir, pero solo podrán ser desmentidos con una investigación a fondo en este tema, pero a cargo de personas honestas, ¿Las encontrarán? Esperemos que sí. Por de pronto la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum confirmó que sancionarán administrativa y penalmente a líderes sindicales del gobierno capitalino de la Sección 12 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, quienes intentaron recibir la vacuna que aplica personal médico de la Secretaría de la Defensa Nacional. Upss.

Y pésimo y recontrapésimo es que no me vaya hecho la mocha para tratar de localizar a Diógenes, para pedirle le preste a la humanidad su lámpara, para encontrar a plena luz del día a hombres y mujeres honestos para hacerse cargo de los destinos de los seres humanos y que se la entregue a quienes emitirán sus votos en el proceso electoral que se avecina para llevar al poder a hombres y mujeres honestos. De nosotros depende y no sólo con la lámpara de Diógenes, sino con nuestra inteligencia…