El T’alkú de la Tía Juana


Los espejitos de Renán y la fractura de Huacho

Por Rafael Mis Cobá

Con sabucán en mano y mascando su chicle al estilo Xóchitl Gálvez, la escultural Tía Juana abordó el colectivo desde la plaza de su natal Chikindzonot, rumbo a Mérida, con la intención de encontrarse con su cabezón sobrino y sumarse a la campaña política que inician este 1 de marzo los candidatos socios unos de otros.

Después de varias semanas de frío y lluvias que aprovechó el suertudo Tío Chupi para tenerla más tiempo entre sus brazos haciéndola “loch” en su hamaca y jugándole su “tuch”, por fin, la “t’intinkí y bella mestiza pudo viajar a la capital yucateca para contarle a su amado sobrinín las confusiones espirituales que la atormentan desde que inició el veleteo o chapulineo de candidatos en los diferentes partidos políticos.

Luego de dos horas de apretujado viaje y oliendo el “xic” de los pasajeros, la Eva del Mayab llegó al paradero de la ciudad y como ya es costumbre, su cadencioso caminar dejaba boquiabierto a los presentes, además de embrujar el espacio etéreo con su aroma a flores de “xk’anlol” que de manera natural le brota por los poros de su tersa piel.

Cosa rara, el sobrino cabezón contuvo su pasión y no se abalanzó sobre ella tan pronto la divisó, como suele ocurrir, porque al parecer, el insolente sujeto aquejaba algún mal y se le veía muy t’onáan” (apendejado).

–”Mejenkizín” sobrino, qué te sucede, acaso estás enfermo o te atacó el “hadzajá”?

–Me fracturé el brazo, tía.

–“Uay”, masi estabas en tu rancho montando a caballo.

–Tía, si no soy Huacho Díaz, ni casa propia tengo, apenas he pagado 25 años mi crédito del Infonavit y me faltan como 25 más.

–Perdón sobrino, pensé que hacías lo mismo que el candidato morenista.

–¿Qué pasó tía, más respeto, yo soy una persona decente.

–¿Entonces, cómo te fracturaste el brazo?

–Me atropelló un chofer del Va y  Ven cuando andaba en mi bici en calles de Pacabtún.

–Sobrino, hay que tener más cuidado, qué bueno que no te hicieron “puch’”.

–Tía, la que debe tener más cuidado es Xóchitl.

–¿Lo dices porque le gusta andar en bici?

–No, tía, cuidado por lo que dice y hace, pues cada vez que habla y sale en público la pendejea.

–No exageres sobrino, solo una vez reconoció que se apendejó y fue cuando pirateó o plagió su tesis, lo demás es su naturaleza, hasta lo del chicle que pegó en su silla cuando le entregaron su constancia en el INE, y por eso estoy segura que le ganará a Claudita.

–Tiita, no creo que eso suceda. La única que le podía ganar a Claudia, a Reni, a Huacho y a cualquiera que postularan y en cualquier cargo, eres tú.

–No seas lambiscón “mejenkizín”.

–Tía, te lo voy a explicar: Xóchitl surgió a la fama y ganó popularidad vendiendo gelatinas.

–¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

–Porque tu vendes pozole en tu pueblo y eres más famosa y conocida que Xóchitl.

–En eso tienes razón sobrinín, pero a Renán no le puedo ganar.

–¿Por qué no, tía, acaso porque ha sido nueve años alcalde?

–No seas ingenuo sobrinín, porque Reni toda su vida a vendido espejitos a los ciudadanos…

El sobrino cabezón se quedó mudo ante la puntual respuesta de su hermosa tía y al no tener argumentos en el acto para replicarla, prometió que la semana próxima seguiría con el chisme, perdón, con el debate en los temas de grilla.