El rebrote en la India es un tema para reflexionar


Lo bueno… Lo malo…

Excelente que el semáforo epidemiológico haya cambiado, para Yucatán, del color naranja al color amarillo, para llegar paso a paso a la reactivación económica, sobre todo en los sectores de nuestra población que por vivir en el día a día, en el trabajo informal no tienen asegurado el pipirín para sí mismos y para sus seres queridos.

Mis Noticias ha dado la información oportuna de lo que se requiere, los sectores que abrirán sus puertas al público y aquellos que ampliarán sus aforos como es el caso de los restaurantes y lo más bonito, es que sube de nuevo el telón para las actividades culturales. Nuestros artistas han sufrido duramente en esta pandemia provocada por el chiwo gusano y por de pronto quien escribe, acudirá, en la medida de mis posibilidades económicas, para apoyar a nuestros artistas.

Malo es que personas inconscientes actúen como si el pasar del semáforo epidemiológico, del naranja al amarillo fuera la señal para actuar irresponsablemente, sin seguir observando las normas sanitarias y de esta manera exponernos a un rebrote del temible chiwo gusano que quiérase o no llegó para quedarse con nosotros o lo que es peor no estamos exentos de que el temible gusano evolucione en otras formas de virus más avanzado y a comenzar de nuevo, y sin afán de ser fatalista, a terminar para siempre…

No olvidemos el triste caso de la India, que de 300 muertes diarias, informes de prensa nos dicen que ha llegado a los 2,767 fallecimientos en un día y reportan  trescientos cuarenta y seis mil setecientos 86 casos en 24 horas, así como el colapso en la atención hospitalaria.

Mucho tiene que hacer la humanidad para ayudarse a sí misma a salir de este terrible mal y encontrarle el verdadero sentido a la palabra solidaridad, no como se la encontró algún gobierno mexicano hace algunos ayeres…

Bueno es que los trabajadores municipales disfruten de un día de asueto debido a una conquista sindical por el Día del Empleado Municipal, aunque se nos indica que ya se han tomado las medidas necesarias para no perjudicar a los ciudadanos que tienen que hacer una gestión ante el Ayuntamiento meridano.

Malo es que el sindicalismo mexicano, ¿solo el mexicano? esté muy mal visto, porque los líderes sindicales, en la mayoría de los casos solo buscan, y encuentran el beneficio para sí mismos y para sus protegidos y se olvidan, o hacen como que no recuerdan que son las y los defensores de sus agremiados. No nos bastaría el espacio destinado a esta columna, para hablar de los “ejemplares” dirigentes sindicales que se han enriquecido o saltado a puestos políticos para hacer su fortuna y la de sus familiares, por varias generaciones.

Peor es que no se reconozca que sí hay algunos dirigentes que aunque se precise de la lámpara de Diógenes para reconocerlos, pues han hecho mucho para avanzar con una Ley Federal del Trabajo de avanzada y lograr muchas prestaciones para los sindicalizados mexicanos.

Malísimo y muy triste es que los trabajadores mexicanos no tengan el concepto del honor, por ejemplo, para elevar la producción luego de una huelga o para ser trabajadores y trabajadoras distinguidas, por su esfuerzo, entrega y lealtad, para la empresa o empresarios que les dan la oportunidad de tener un trabajo digno para proteger a sus familias.

Buenísimo es que me vaya volando a Japón, para comprobar si es cierto o mentira que los obreros nipones hacen huelga poniéndose un listón rojo en el brazo y trabajando más para dejar en vergüenza al patrón abusivo.

Uay se imaginan si los trabajadores en todo el mundo, no solo en México, tuvieran ese sentido del honor y el cumplimiento, creo que estaríamos en huelgas permanentes ante la sonrisa de los patrones sin honor, excepto en Japón, nos dicen…