Lo bueno… Lo malo…
Por Mariano Quintal Yam

Bueno fue ver el desfile del 16 de septiembre, 2024, con la gallardía entrega y arrojo de todos los contingentes que participaron en la conmemoración 214 del Grito de Independencia que nos dio la Patria de la que hoy ¿disfrutamos?
Malo que sus hijos e hijas no estén vigilantes para defender lo que nuestros antepasados nos legaron a costa de su vida y de su honor.

Pésimo que la mayoría de las y los políticos no vean, vigilen y entreguen lo mejor de sí mismas o mismos, en defensa de ese terruño tan lleno de historia y de lucha por el engrandecimiento de la Patria.
Pésimo que las y los políticos de hogaño, como algunos de antaño sólo vean y vigilen por el engrandecimiento de sus bolsillos.
Estar hoy en el terreno de los hechos en la quesque, reconstruida, pero maltrecha plaza principal, me hizo recordar algunos ayeres, cuando prestos íbamos a cumplir con nuestro deber informativo, desde la trinchera, para que nuestros lectores y lectoras estuvieran enterados de los pormenores de esa parada cívica, o de cualquier información de importancia para la comunidad, y vinieron a la mente de este tundeteclados, los recuerdos de tantos y tantos compañeros y compañeras que como yo estuvimos presentes, para narrar, en gráficas o letras los pormenores de esta inolvidable conmemoración de nuestra independencia.
Una independencia que nos dicen que peligra con la reforma recientemente aprobada, “fast track”.
El recuerdo de esos compañeros y compañeras, muchos ya “idos” para siempre, me llena de nostalgia. Evoco sus rostros, preocupados algunos, risueños otros, por el deber cumplido o a cumplir, para dejar sus impresiones en su medio de comunicación, aquel en la radio, esta en la televisión, los más en la prensa escrita. Y también evoco a los héroes que nos regalaron esta libertad, esta Patria y no puedo mencionarlos a todos y a todas…

Algunas veces nuestros trabajos reporteriles o críticos no caían bien a quienes detentaban el poder en esos tiempos y llegaban las represalias.
Pero el informador o informadora incorruptibles, seguían haciendo su trabajo con integridad, con bravura…
Nuestros héroes de la independencia han marchado ya, lo digo de nuevo, pero quedamos nosotros…
Nos dejaron sus vidas en una patria, suave como nos diría Ramón López Velarde en su canto a la esencia de México: La suave Patria.
Sin alegorías y con cada minuto que transcurre de nuestra existencia hemos de reconocer que la Patria no yerra y que la ciudadanía se ha descuidado mucho al elegir a lobos con formas de cordero para dirigir el destino ciudadano.
Dice el Poeta: Diré con épica sordina: /la Patria es impecable y diamantina.
Y malo es, acoto, que haya entes que la hayan llenado de oprobio al dictar leyes que descobijan a los hijos de la amante Patria, cuando el espíritu de quien manda debe ser protector como el de la madre que amorosa cuida del hijo enfermo.
Esos entes enfermos de poder, solo escucharon el último verso que afirma que: El niño Dios te escrituró un establo, para albergar a quien lo necesitara, oídos sordos, digo, pero se quedaron con: y los veneros del petróleo el Diablo…
Amemos a la Suave Patria con el amor brotado de los versos del Poeta, y de la sangre de nuestros próceres, y defendámosla con la bravura de esos héroes que se han ido, pero cuya esencia sigue aquí para enseñarnos a proteger a nuestro México, escarnecido por algunos de sus hijos e hijas, que obsesionados marchan en busca del vellocino de oro. Pero nuevos héroes vendrán a reconstruir lo destruido y volveremos a escuchar el milagro de la Suave Patria: … Y luego te regalas toda entera/ Suave Patria, alacena y pajarera…