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Aprendamos de nuestros errores

Lo bueno… Lo malo…

Por Mariano Quintal Yam

Bueno es que estemos a punto de concluir un año más en nuestras vidas.

Malo, pésimo es que no hayamos aprendido algo del año que en breve termina y sigamos haciendo las cosas malas que creo dominaron nuestro cotidiano quehacer.

A mis dos lectores deseo que su juicio analítico mejore en un cien por cien, para hacer las cosas correctamente y participen con mayor conciencia en las tomas de decisiones que afectan sus vidas, propias y ajenas –lo sentiré terriblemente, porque con mejor juicio dejarán de leer esta columneja. Ni modo, tomaré el riesgo-.

Lo anterior se basa en el avance que ha tenido la corrupción a lo largo de nuestras vidas, en todos los ámbitos de nuestra existencia. Y no se piense que es algo que la columneja afirma al azar.

La pregunta quizá toral es: ¿No es corrupción en un gobierno que ha de conducir los destinos de sus gobernados elegir a sus colaboradores, no por capacidad, inteligencia y entrega al servicio de la comunidad, sino por cumplir con compromisos políticos o por quien recomienda la o el que aportó más dinero para la campaña política, o por abofeteadores que no esperaron el momento oportuno de imponer la fuerza? Nada justifica su uso, salvo lo que determine la Ley.

La Ley contempla el uso del poder, en contra de quien o quienes infrinjan la normatividad y para quienes no la acatan ha dispuesto prisiones para privar del derecho humano más importante, después de la vida, la libertad, al o a las infractoras.

El mejor deseo es que se enmiende el camino, si se cayó en ese malhadado bache, que puede llamarse corrupción; la ciudadanía lo agradecerá. Creo…

Los juristas saben bien que hay numerosas leyes, derechos, que han de aplicarse en determinadas circunstancias, acordes con nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y normatividades externas aceptadas, firmadas y ratificadas por el Estado Mexicano, por eso quienes aplican esos ordenamientos han de ser personas como decimos en el argot popular, sin cola que les pisen, pero más inteligentes que el Diablo, uay, no introduzcamos a ese ente…

En el año que se aproxima se elegirán jueces, magistrados, dicho sea con todo respeto, algunos de ellos ya en el retiro laboral, otros que sin experiencia alguna “echan su cuarto de espadas” para participar en “la gran fiesta” en la que el pueblo será quien determine quiénes serán los elegidos para hacer justicia a para acceder a salarios pantagruélicos.

¿Tendrán capacidad para aplicar lo justo para cada sector, para cada comunidad, para cada ente?

Crucemos los dedos para que así sea, pero en este caso no se trata de suerte.

¿Las y los electores tendremos la capacidad para reconocer a las y los jueces que elegirán para decidir, como el mejor de los solones, a quién le da la razón la ley y a quién se la quita?

Esperemos que sí tengan esa capacidad, pero si no, muchas personas sufrirán por la inexperiencia de quienes eligieron a inexpertos en materia legal, pero si el caso lo fuera, a corruptos que no se tientan el corazón para tergiversar las leyes y así llenarse los bolsillos.

El pueblo noble y bueno lo soporta todo, incluso el pago de casi 700 millones de pesos para reemplacar vehículos y los 45 millones de pesares para viajes al extranjero. Turismo al servicio de los gobernados, dirán algunos, y progreso del Estado, a la sombra de la Torre Eiffel, La Toscana o los Emiratos Árabes.

En el asunto del reemplacamiento dice un diputado guinda: …para mantener los niveles de paz y seguridad.

Y por ahí asoman la cara líderes capos que se pasean como Juan Carnaval por todo el territorio yucateco…

Y cuando Claudia Sheinbaun habla de la protección a la mujer, en el patio, la Secretaría de las Mujeres tendrá 8 millones de pesos menos para garantizar y defender los derechos de las féminas.

Y así podríamos seguir por mucho, pero no se trata de confundir a mis dos lectores, más bien se trata de desearles un magnífico año 2025 en donde quienes participemos en las decisiones de nuestra comunidad lo hagamos con conocimiento de causa y con el juicio inclinado en beneficio de quienes requieren de más ayuda…

FELIZ AÑO 2025. Trabajemos todas y todos para que así sea.